Comedia divina

imàgenes delirantes acudìan a su mente, luego de la muerte del padre:
imàgenes obsesivas, monomanìacas, sobre todo sexuales: desplazamientos agudos: miradas fijas en èl, a todas horas del dìa
de mujeres jòvenes por lo general, adolescentes incluso, que habìa conocido alguna vez, que alguna vez habìa conocido, o asì
lo creìa: en el cuarto oscuro, lo empujaban suavemente, para que cayera sobre la cama, con una sonrisa mediante: despuès, a


hacer el amor, que se acaba el mundo: la gordita desnuda sobre èl, frotando su sexo sobre su vientre a los efectos de acabar,
de ser ello posible; besos ardientes, mientras cierra los ojos; charlas incongruentes sobre mundos desparejos: hace el amor
en los autos, estacionados en calles desiertas, los vidrios polarizados, eso sì, 15 minutos aprox.; algunos tipos la tratan mal
porque eso, segùn parece, puede calentarlos; el pete en el auto, en las calles absolutamente desiertas, a todas horas, pero


dònde escupe la leche?, me olvidè de preguntarle, no es nada, o sì; volvemos al cuarto oscuro, experiencia sexuales
frìamente conmovedoras, no obstante, recurrentes, a cambio de una cierta cifra de dinero, los nùmeros cierran aunque ella
tienda a negarlo, por pura modestia, sin embargo; sin embargo, volvemos al oscuro cuarto donde se desarrolla la charla en


cuestiòn: estudia para maestra mayor de obras, casi una arquitecta, por las noches: durante el dìa hace petes para ir sobreviviendo
asì como pagarse los estudios, a larga distancia, por la internet: este es un ejemplo de la clase de eventos que le sucedìan por
entonces, y que ya constituìan un maldito vicio que no sabìa como superar: un vicio grotesco, prostibulario, podrìamos decir