¡Cómo cambian las cosas!

Tarde o temprano había que despertarse,
de ese precioso sueño de la infancia,
donde primaba la alegría y deshacerse,
de todo por lo que teníamos esperanzas.

De niños soñábamos con ser astronautas,
para visitar la luna y disfrutar de sus vistas,
ahora la sociedad nos impone nuevas pautas,
todos se mueren por la nómina del futbolista.

Nos adentramos en el vicio del tabaco,
con un ábaco contamos las desgracias,
para vernos durmiendo en un banco,
huyendo del frío en el cobijo de una manta.

Sin embargo otros viven como dioses,
mientras el banco ata a pobres sogas,
si les embargasen todas sus posesiones,
sentirían que su ser en lágrimas se ahoga.

 

Me ha gustado tu poema, se habla un poco de las diferencias sociales, hay tanta pobreza de valores en el mundo. Un saludo

 

Muchas gracias Luz y Cris, la verdad que siempre podemos encontrar poesía y en este caso en el tema de la sociedad, tan simple y tan crítico a la vez. Gracias realmente y espero que les haya gustado.