Como dalias amarillas

Nos esperan
las nadas acumuladas
y sus cortejos,
noches clandestinas, conjuros,
guarismos despeñados,
el vaho amargo atizando
impúdico sueño perplejo,
geometría de luces,
en el abismo del gozo deseado.

Antes de la oscuridad
embriaguémonos de electrones,
bebámonos los labios
de nuestros cuerpos enfebrecidos,
raíz del orbe donde llegamos
desnudos sin condiciones,
eternidad de eternidades,
en periplo de deseos encendidos.

Nos esperan vocablos
en difuso orden y extraviados,
espadas en filos sangrantes
de pitagórica altura,
escombros de sueños rebeldes
aún electrizados,
latidos cerebrales
labrados con golpes
de piedra dura.

Amémonos,
ignorando las formas
y signos de la muerte,
con el temblor del cíclope
en el deseo enloquecido,
que el presente como el pasado
no cabalguen lo inerte,
astillemos las estrellas
de nuestro puerto escondido.

Orgasmando la pupila del búho
nos espera la palabra,
lenguaje matriz
de la noche ausente
y encarcelada;
edenes de ideas, deseos,
sueños y fábulas
se labran,
háblame mujer,
así sea con la dulzura
de tu mirada.

Ay mujer,
antes de la oscuridad, las nadas
y las noches clandestinas,
nos espera un fiel crepúsculo
sediento que nos ama,
déjame posar
en tu vientre de dicha
en forma repentina,
amor, ansias, sexo...
Como dalias amarillas
¡De los lamas!


Tato Ospina
DRA
Colombia​

 

Vibrante y apasionada la expresión de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy