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Cómo divertir a Lynndie England

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por carlos lopez dzur, 20 de Junio de 2010. Respuestas: 1 | Visitas: 816

  1. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    25 de Febrero de 2008
    Mensajes:
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    I felt weird, but i was doing nothing out of the ordinary.
    A commanding officer asked me to do such things.
    and to commit the acts of abuse for psyop reasons...
    I was instructed by persons in higher ranks even
    when I was told: stand there, give the thumbs up, and smile
    and you can see the dogs biting the prisoners.
    Or you see bite marks from the dogs. You can see
    MPs holding down a prisoner so a medic can give him a shot:
    Lynndie Rana England, sometida
    a corte marcial en septiembre de 2005

    1.

    Ahora se las da de encarnación arrepentida
    y testimonio vivo de tortura
    (la agresora hoy se torna
    la realmente torturada).
    La culpable y convicta
    es una blanca paloma.
    Ya es casi santa, inmaculada,
    100% inocente como OJ Simpson.
    Impensable que ella juegue a masturbar los reos.

    Sexo, humillación y ultraje son palabras ajenas
    a la memoria presente de condena.
    «Yeah, I took the photos but I didn't make it worldwide».
    Ella es la torturada por acusaciones
    de una Corte Marcial que la implica en conspiración
    para maltrato y asalto consumado en golpizas.
    «Y las fotos no hablan sobre mí; mientan
    los altos mandos: yo seguí órdenes».

    Quien quiso ser cazadora de huracanes,
    es / lo fue / en sí misma / una tormenta; mas
    no se la juzgue mala. Ella ha sufrido y, en rigor,
    siguió órdenes. «I agreed to plea guilty
    to abuse charges, guilty of inflicting sexual,
    physical and psychological abuse
    on Iraqi prisoners of war, but
    I was instructed by persons in higher ranks». .
    No es justo que lo digan tan feo en prensa televisiva
    y que publiciten reportes de sus travesuras
    en revistas y diarios
    porque sus ojos castos y puros los leerán y tiene hijos
    que sabrán de su deshonra. Tendrá que escribir
    un libro y desmentir la faena.
    Tendrá que hacerse humana de nuevo
    y decir que no es cierto
    (al alma el Army no educa).
    Te la quita a pedazos y todo parece normal
    porque son órdenes.

    2.

    Dijo que era un niña normal,
    todo menos indecente, «siempre he sido buena»
    y selectivamente pura y muda cuando su casa
    fue cierto estacionamiento camionero
    y soñaba que pilotearía los cielos, cazando una tormenta.
    Era la hija «inocente» de Kenneth, obrero de ferrocarriles,
    antes de verse como «especialista»,
    en la prisión Abu Ghraib.
    Ella trabajo hasta en la cocina.
    Y era una pollita del Kentucky
    antes de la sentencia que le comerá 16 años de su vida
    O tal vez sólo 4, o tal pidan que no haya prisión.
    Que se ponga «on parole» con «dishonorable discharge».

    3.

    Cuando Lynndie salió de prisión, se fue rumbo
    Fort Ashby, West Virginia, y vio amigos
    (si es que le quedara alguno y no son otros de su laya)
    y habló con su familia, porque quiere consuelo
    y oraciones para su amado Charles Graner Jr.,
    el principal de los torturadores, el que a los reos
    los llamara 'perros' y como perros los tratara.

    Ella que quiere a Graner, alegado ringleader,
    sabe que dejará por diez años de verlo
    si lo aplican tal sentencia marcial, «oren, oren, amigos»,
    y oren por Frederick que ayudó en todo
    y lo hizo divertido y por coronel James Pohl
    (quien dijo: «Cuenten con mi silencio.
    Hagamos tratos de amigos»).

    «Pobrecita Lynndie», comentan quienes la quieren.
    «Está ansiosa. No es la misma que antes conocimos».
    No es la niñaja que ingresó en Fort Bragg,
    Fayetteville, North Carolina, con espíritu patriota.
    Es otra con el estrés post-traumático
    en el nivel más alto de su vida.
    Ha dicho que ha visto pirámides
    de prisioneros desnudos cuando fue a la farmacia.

    Ciertamente, está bajo medcamentos
    y, como ahora es santa y escribe un libro
    donde se achaca torturas y desmanes y piensa'
    que sangra como mística por llagas de estigmas
    y dolor humano de arrepentimiento,
    al viejo plantel lo recuerda:
    el Harmenao Sergento Ivan Frederick,
    mi Novio-Hermano Craner,
    mi Hermano Javal Davis, sargento,
    hermanos y hermanitas Megan Ambuhl,
    Sabrina Harman, Armin Cruz, Jeremy Sivits,
    hijitos de mi Dios en
    la Military Police Company,
    batallón 372 en servio en Bagdad.

    4.

    Fui una cajera en el pueblito en que nací.
    Hoy soy una tormenta, divertida
    en el morbo, no soy la que fui y en vano parece
    que me rehabilito... busco alguien que vuelva
    a creer en mí y me quite esta lujuria de mi carne...
    Anhelé estudiar y terminé en la guerra.
    ¿Quién me confiará un avión con hielo seco
    y me prestar su cielo meteorológico?
    ¿quién sin que me juzgue primero como hoy?
    Pobre de mí, que no tengo un empleo
    y a la patria serví con deshonor...
    y dicen pobrecita... pobrecita
    de Lynmdie Rana y el bebé...

    ¿Cómo volver a ser la adolescente calmada,
    como fui y, con mi edad, en la Frankfort High School
    y conservar aquel turno nocturno del empleo
    y el dinero que ahorré, procesando
    pollos para Kentucky desde Moorefield?
    ¿Quién me devolverár el sueño de ir a cazar
    las tormentas? ¿Saber todo sobre un huracán?
    Ser la mejor exploradora del cielo encapotado.
    Por eso escribo esta biografía sobre
    Abu Ghraib y mis fotos estremecedoras.

    No quiero divertierlos como si fuera una modelo
    que posa entre oprimidos reos.
    Este es un retrato mío: Lynndie halló
    la primera tormenta que buscaba y estaba
    dentro suyo, lloviéndose con vientos huracanados
    sobre una cárcel de Bagdad.

    2009 / De «El Libro de Anarquistas»

    <A HREF="http://carloslopezdzur-carlos.blogspot.com/">Confesiones de Janis Leigh</a>
     
    #1
    Última modificación: 20 de Junio de 2010
    A Rosario Martín le gusta esto.
  2. Tuti

    Tuti Poeta veterano en el portal

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    Carlos, cierto es que la mente conlleva códigos irrestrictos más no por ello los principios caen tan bajo como en el caso
    de Lynndie; esas fotos seguiran recordándonos la barbarie de las guerras porque si bien dejan miles de hombres bajo tierra hay otro grupo que muere y sigue vivo arrastrando la tortura que nada ni nadie borra.

    Un abrazo fuerte y gracias por su forma de volcarnos a todo aquello que no debemos olvidar como sociedad.
     
    #2

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