¿Cómo no hablar de la muerte?

¿Cómo no hablar de la muerte?

Nunca he tocado mis huesos,
y no hablo de los dientes.
No dejaré nunca a nadie
mi esqueleto gris palpar.

Nada más que la osamenta
quedará de mi persona,
sólo ella es lo que tengo
y con quien puedo contar.

No es que sea pesimista
por hablar tanto de Muerte;
sólo trato de foguearme
con mi destino final.

Me ha de terminar matando
el Tiempo que hoy es presente,
¡cómo no hablar de la Muerte!...
si viviré más en ella
que en esta Vida real.


Ariel Carrizo Pacheco​

 

Y al leerte, apreciada Mar, se adhieren también tus sentidas palabras al espíritu que me sostiene. ¡Un cálido abrazo!

 

Buenas noches Katia:

Muchas gracias por comentar estos versos conscientes de que los has leído con la mirada de tu sensibilidad. ¡Saludos y hasta pronto!:

Ariel

 

Muchas gracias, estimado amigo Alfonso por comentar con tu noble amabilidad estos versos que, como dices, ya habían quedado muy atrás. ¡Un abrazo!