Como no ser un defraudado democrático más

Tomo la papeleta más descolorida,
más chabacana,
la que menos promesas hace,
la que nadie pensaría jamás votar,
puede ser de un partido de izquierda,
de esos de los que siempre salen últimos
en las encuestas y la meto dentro del sobre,
humedezco el ribete,
la sello con mis dedos;
satisfecho conmigo mismo
salgo del cuarto oscuro
y la meto dentro de la urna.

Me marcho con mis pensamientos
de que mañana será un día, para mí, diferente
al del resto de los ciudadanos,
un día en que por fin podré decir
no alimenté más a ningún buitre.
Sólo espero que todos
no tengan la misma idea.

 

Has pintado a la decepción con creatividad y maestría. Gran poema, amigo ! Un abrazo

 

El problema de muchas democracias nace en el mismo pueblo, en los mismos ciudadanos. Mientras en la mayoría de la gente predomine la ignorancia (o la credulidad) y sus intereses personales por encima del bien y la justicia comunes a la hora de votar, esto seguirá siendo un casa de putas.

Y aunque dejando a parte el formato, la temática me parece mucho más socio-política antes que realista, tu poema me gustó mucho, Danie. Mis felicitaciones, compañero. Un abrazo.