¿Cómo nos relacionamos?

¿Cómo nos relacionamos... para qué nos relacionamos?

Los entes que nos rodean ocupan en demasía el tiempo que debiéramos dedicar a nuestro propósito. El propósito del hombre en sus múltiples papeles es solo UNO.

Un marco de referencia idóneo es un hombre que se dirige al trabajo pensando en diferentes pendientes teniendo la distracción, como moneda de cambio, en su ruta.

Ya dejó de pensar en su vehículo, en los demás autos que transitan, en las luces del semáforo, en el agente de tránsito... en la bicicleta que circula en sentido contrario... ahora su mente está atiborrada de los pendientes que le aguardan en su escritorio.
Dejando de lado su “aquí y ahora” por atender lo que a su parecer es urgente.

Entonces su relación con el mundo que lo rodea se ve fracturada por distracciones. Pasando a un tercer plano la seguridad y resguardo del equilibrio urbano.

Si por el contrario, atiende su momento, su “aquí y ahora” tendría perfecta conciencia del cuadro que lo rodea, anticipando cualquier situación que ponga en riesgo su integridad física y la de sus semejantes.

Al proceder de manera descuidada, está cometiendo una falta de respeto monumental hacia el universo de personas que están fuera de su auto. Está mandando un mensaje claro:

“Me importa más hacer una llamada telefónica que resguardar tu vida”
“Es más importante mi prisa, que tu vida”
“Esta canción que está en la radio, vale más que todos los peatones de la acera”

Debemos dejar de preocuparnos por las cosas y ocuparnos por las personas. Incluida, por su puesto, la primera persona del singular.

El “Cómo nos relacionamos” es un tema muy vasto que requiere nuestra mayor atención y debate.

 

Estamos muy de acuerdo. Lo importante es SER y ESTAR.
Un abrazo con estrellas y ya sabes... me encanta el debate inteligente.

 

Mucha filosofia tienen tus letras querido amigo César, un buen tema para
debate que se podría extender mucho, pero también quizás resumir en pocas
palabras: Necesariamente y casi obligados cambiamos el chip en cada circunstancia
de nuestra vida y del día a día, dando prioridades por momentos, pero siempre
sin olvidar que uno mismo debe saber cuándo y dónde está el momento para cada
cosa. Te felicito por tu buena reflexión y sabiduría que nos dejas en tus letras.
Ha sido un placer poder pasar a disfrutar de la lectura de tus pensamientos.
No te puedo dejar reputación pero la mereces, ya volveré.
Un beso y un abrazo de tu amiga Tere.

 

Aunque el asunto da para mucho, tu lo has extractado de maravilla, pero bien sabes que nuestro ego nos absorbe de las personas.
Saludos cordiales, con mis estrellas

 

Gracias Rosario por siempre estar.

Un abrazo.

 

Estoy de acuerdo con este análisis que nos compartes César, la gran mayoría de las personas, sobre todo las que viven en las grandes ciudades, apenas les importa lo que piensen los demás o hagan, solo ellos, son importantes y sus quehaceres y es una lástima, porque por ese comportamiento pueden traer graves consecuencias para las demás personas, lo mejor es vivir el ahora a cada momento y cuando se llegue a su destino, preocuparse por lo que tiene que hacer, así uno se cura de salud y lo hace con los demás.
Un buen debate has propuesto y que da para reflexionar, gracias por hacerlo.
Un abrazo.

 

Hombre, César, está claro que si distraemos nuestra atención cuando manejamos un instrumento que nos puede hacer daño, a nosotros y a los demás, es porque creemos, por la rutina en este caso de conducir, que somos lo suficientemente expertos en el manejo del vehículo; es esa confianza en nosotros mismos lo que nos pierde. El novato novato en este caso de la conducción, por seguir el ejemplo, sí que irá más pendiente de lo que lleva entre manos... Pero el debate sobre el asunto es mucho más extenso. ¿Qué culpa tiene el pajarito o el animal que cruza la carretera y es atropellado por nosotros? El problema no es que se está pensando en algo diferente a la propia conducción, el problema es que el vehículo, de una u otra forma, es un arma de matarse y de matar. Pero es lo que queremos y es lo que tenemos. No cabe duda que tomar conciencia de lo que se está haciendo es evitar en cierto grado el riesgo de un accidente, pero es una conciencia a medias y acomodada a nuestras espectativas egoistas por la necesidad, en este mundo que nos hemos creado, de disponer de un medio antinatural, aunque creamos que es lo más natural del mundo llegar en punto al trabajo; pero a la vida le importa tres pimientos nuestro trabajo y nuestras obligaciones, y su deber es recordarnos que no hay mayor obligación que respetar la vida, cosa que no hacemos desde el momento que nos subimos a un vehículo para conducirlo. Esa es la verdad, no hay que quedarse a medias sin decirla toda entera.

 

Cesar, estoy de acuerdo con epimeteo, el ego nos absorve de las personas,
tal vez no el ego, sino el sentido de supervivencia que no nos deja mirar a ambos lado de nuestro camino,
cada uno de nosotros tenemos un puta mundo donde estamos sumergidos,
estamos nadando dia con dia, y luchamos para no ahogarnos, ¿como pues, rescatar o pensar en otras personas, cuando estamos de tratar de salvar nuestras vidas? lo siento, no somos un jesucristo con carabanas de incienso, mirra y oro...
me agarras muy pesimista el dia de hoy, y desearia decir aun mas y sacar la basura que llevo adentro, ya que tu filosofia me calo hondo, pero como lo que espero de ti es un " gracias wiccambar por tu paso", no motiva a opinar mas,
este tema es de gran arte y muy digno de debatir...
sabes que te aprecio amor, sabias e discultibles letras me dejas...
saludos y beso intenso...

 

"Cada Ser es único y especial" dijo San Francisco de Asís. No podemos subirnos en el barco de la indiferencia y esperar, en un alarde ego maníaco, que saldremos avante sin lastimar a nadie. El ideal es hacer nuestra vida sin crear necesidad ni perjuicio en los demás. Al jugar de esta manera, con un grado de empatía intrínseco, logramos respetar los derechos ajenos y, por osmosis, ser respetados. Es verdad, que nuestra vida está en un marco de supervivencia... pero en ninguna parte el proceso amerita destruir a los demás. Como bien adiviné, este tema nos da para un debate muy pero muy interesante.

 

vaya je je je...me sorprendes y me regalas una gran emocion, cielo estoy de acuerdo contigo,
nuestra supervivencia no amerita hacer daño a los demas, eso no lo cuestiono,
y que el ego no da para lastimar, soy del criterio del libre advedrio, de hacer lo que se desee sin lastimar a nadie,
vivir o morir intensamente sin ser latigo para los que nos rodea, esta parte tuya me dejo esas sensaciones ayer:
"Debemos dejar de preocuparnos por las cosas y ocuparnos por las personas."
pero viendolo de este nuevo punto de vista, estoy de acuerdo, preocuparnos por las personas, si, pero preocuparnos
de no hacerles daño, esa es mi unica conclusion.
ignoralos, no es lo que deseo, en especial, si necesitan o sufren, y claro esta, depende de que personas,
pero, en la supervivencia y la pobreza que nos azota a tantos paises, no queda mas que nadar para no ahogarnos, los demas que corran por sus vidas...
ufff!!
si fuera dios y tuviera ese supuesto poder, viviria en la tierra tratando de hacer algo y no llena de angeles y musica celestias, sosteniendome las ...
bolas!
un beso amor, gracias por esta oportunidad....

 

En este mundo actual... o nos subimos en la marea de ideas o esta nos atropella.

Gracias por leerlo y comentarlo.

Un abrazo.

 

Gracias Epimeteo. Excelente observación.

Saludos.

 

Al vivir industrializados y esclavizados de las comodidades pasajeras y de los tangibles inmediatos perdemos de vista rápidamente el por qué y para qué. Gracias Ricardo por leerlo y comentarlo. Un abrazo.

 

Alguna vez leí que la verdad es relativa. Nada más absurdo. La verdad objetiva en toda su extensión.

Como bien puntualizas, Orfelunio, el vehículo es un medio para llegar al trabajo (que es a su vez otro medio, no un fin)
En las carreras que nos autoimponemos estamos dejando de lado lo importante por lo urgente y estamos utilizando yugos a placer.
Con esa idea de los capitalistas de que el crédito es la mejor manera de tener al pueblo contento... (Y nosotros nos la tragamos ya que el crédito en vez de tranquilidades nos lleva a endeudarnos y a vivir más sometidos a un ritmo ajeno y cumplir con su capricho)

"Tengo prisa en llegar al trabajo, para poder salir temprano e irme a un segundo trabajo que me permita pagar el crédito con que he comprado este auto que me facilita ir a ambos trabajos"

Si regresamos al punto de "El aquí y el ahora" nos daremos cuenta que la filosofía del "Deseo poco y lo poco que deseo, lo deseo poco" no es meramente conformismo (como se le ha llegado a llamar) sino más bien, que no preciso de adornos y del teléfono de última generación para respirar.

En lo sencillo encontramos mayor alegría.

Este mundo industrializado esá exigiendo de nosotros, no decisiones, sino sometimiento.
Es hora de poner atención, para no llevarnos entre las espuelas, la misma razón de ser una sociedad y no una zoociedad.