Como si yo tuviera negra el alma

Como si yo tuviera negra el alma

Unos llevaban crestas de gallo en la cabeza,
otros vestidos andaban con pieles de cerdo,
algunos la parte de vivienda a cuestas;
y los que fueron condenados,
después de cumplir el castigo,
y volviendo a su estado de humanos,
incluso ganaron los juegos olímpicos de boxeo.

Todo es igual, si todo da igual,
nada es distinto fuera de mí;
el vino en su vino, y la vid en su vid.
En mi racimo, y con un solo grano,
contentando a Dionisos,
seduciendo al Demiurgo Epicúreo,
que conoce el secreto,
retendré ese estado del viento
que merece el eterno volver,
para vivir indefinido
entre las suaves y puras caricias
de un jardín llamado Edén.

Con la cabeza de león,
el cuerpo de cabra
y la cola de serpiente,
asomaba la bestia del mundo
y junto a mí la rubias bellezas
de trenzas juveniles.

Dimos paso a la orgía
mientras las sacerdotisas
comían el cuerpo del hombre sagrado,
derramando su sangre
para ver el campo fértil,
agradar a la diosa Luna,
y someter al astro regalado.

Me acuesto en el río,
y me levanto en el río;
pasa el tiempo…
Me acuesto sin amor,
y me levanto sin amor,
y pasa el tiempo,
y en el tiempo indefinido,
la sangre es viento,
y pasa el tiempo
sin frío ni calor.

Oro y plata,
toro que seduce
a la espada que lo mata.
Fuego y agua,
trueno que me aviva
con la lluvia que desata.

Me asusta ella, pero vive,
como si yo hubiera muerto,
como si yo…

Cuando tiraron todos mis inventos,
consciente del trabajo realizado,
las pinturas y nada más que pinturas
ofrecidas al hermano;
y por un escrito infantil se alarmaron
los morales doctores de la educación;
pero más que un pene viejo
la vagina improductiva es sin el viento;
cual soneto imperfecto, y el haiku soñado,
lo siento y gracias, pero el pájaro se equivocó;
y todo para decir un cura minigogo,
al que quise muchísimo,
que yo hubiera llegado a algo…
Y me pregunto, ¿habré llegado a nada?
Como si yo…

Eurínome, devuélveme con tu danza
a la voluptuosa Luna blanca
de donde nunca debí salir.
Deshaz el encanto de Boreas
y fornica con las sombras de la noche.

Que Ofión acuda siete veces,
y cuando rompa el huevo universal,
tú, hecha paloma, no huyas a esconderte,
y llévame con tus alas hasta la fuga de infinito
donde el norte no se pierde y ubican los sucesos;
centro del tiempo fantástico
y a la vez seol de la nada
cuando el todo está aquí entre los muertos.

Aún espero el banquete orgiástico
para violar a Herse con su cesto
repleto de objetos fálicos;
pero nunca sabré quién de mis parientes
me predijo a mí, ni tampoco habrá vientre,
donde un niño dé la cuenta de mi yo,
como si yo…
Si entre las sombras de la nada,
fuera mi sangre roja,
como si yo…,
tuviera negra el alma.

 

solo puedo decir WOW!!!, luego de pasear por tus lineas... Aplausos y Me gusta