Comparandolor

En el campo y la maleza,
se refleja la realeza, de los hombres que
se quiebran para levantar la cabeza.

Inclinados como reces, luchan
para ganar la peseta y darles pan
a sus hijos como si fueran chuletas.

Y así se aumentan los precios
del maíz y los frijoles, para dejarlos
parejos sin comer ya ni cocoles.

No hay cosa que no cueste,
hasta para ir al mercado, no faltan
los tragones que se quedan sin cotones.

Pero en la casa de Perla se toma whisky
sin modera, hasta lamber las botellas y
se quedan sin carteras.

Las mujeres de los ricos ya parecen
mantecados, con sus peinados de a veinte
que se hacen con cuidado.

En cantinuchas baratas, ahí se explota
a la gente, hasta sacarlos a gatas
con los alcoholes del fuerte

Los campesinos no paran de darle
duro a la tierra, para sacar los frijoles que
se comen los glotones.

Aunque ellos no pueden
ni saborearlos siquiera, se quedan
con las ganas y les dan retortijones

Y en las tripas de sus hijos, ahí
se encuentran las lombrices, que se quieren
como hermanas y hasta se toman de las manos.

Pero eso si, los que explotan la mazorca,
se visten con mucho lujo, se dan derroche de noche
y se pasean con sus coches, nomás echándole
smog a el pobre campesino.
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Maria Alarcón Mendoza
Diciembre 07, 2004

 

Una realidad que afecta a todo el tercer mundo y que seguirá mientras los pueblos no asuman que solo ellos lo pueden cambiar. Excelente poema.Un abrazo amiga y mis estrellas para ti.