Complicados cómplices

Complicados cómplices


Vamos amarnos hasta hartarnos
tú de mí y yo de ti y luego de nosotros
dos.
Vamos a suponer complicadas
situaciones y aun así engañemos
nuestros corazones en honor a
esta incomprendida pasión.
Amémonos como si fuera prohibido y
disfrutamos los ojos con los que nos
miran los demás.
Vamos a querernos hasta que tengas
el control de mí y yo no te sepa decir
las ganas que tengo yo de alejarme de
aquí.
Sólo nosotros entendemos lo que es
acostumbrarse a fingir a diario que
tenemos un sincero y perfecto amor.
Los errores se perdonan, pero no se
olvidan, las heridas cicatrizan y las
maquillamos con una vulgar risa tan
superficial.
Nos alejamos de todos y en nuestro
mundo todos están mal y por eso
los dejamos que vivan en su horror.
Juzgamos lo que vemos pero no lo
que hacemos y jugamos a ser discretos
y nos escondemos jurando que todo
está muy bien.
Lágrimas negras escurren del alma,
por confundir la traición, el engaño,
la confianza, la dignidad con las palabras
más dulces y más falsas que es el amor.​

 

Para escribir esto primero hay que abrirse paso en el bosque de espadas, espinas y fosos del amor, las culpas, las acusaciones, la conmiseración, el engaño, la dignidad, hasta llegar al montículo desde donde ves impávido el paseo de la vida. Complicados cómplices, por desgracia tan frecuentes. Felicitaciones!
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