Compraventa

- COMPRAVENTA -

- PRIMERA PARTE -

GENERALMENTE, en esta vida todo se compra.
Me han vendido dos corazones esta mañana
por una circunstancia.
Y por la tarde, he alquilado una mujer
por 21 gramos;
y he obtenido una ganga:
dos personalidades y una respuesta
por el tercio de una plática razonada.
Y por último, hace a penas unos minutos
me han “regalado” los ojos de un Rilke cualquiera
por dos catástrofes de un Paul Cèlan.
Y yo… he empeñado mi alma
a no se quién y no se cuándo.
Y como un verdugo,
se prepara impasible para acometer
su arrollador destino;
(aunque solo se limite a repartir el pecado correspondiente).
En fin, yo soy yo y mi circunstancia,
según un silogismo disyuntivo,
y, como nadie jura haber sido juanbautista,
no tenemos porqué preocuparnos de nada
mientras sigamos creyendo en las ceremonias…
Y huelo estos días, estas gentes
el germen del mundo las ha hecho maniquíes.
Van maquillados – viven su embrujo.
<<El ser humano es un virus irremediable.>>
Es temporada de vivir engañado.
Es temporada de engañar y matar.
Pero no me atrevo a llorar de pie,
y menos aún cuando los hechos se consumaron
en la partitura de éste sentimiento.

- SEGUNDA PARTE -

LLUEVE. (En la ciudad llueve).
Hoy solo he visto llover.
Van las sombras con paraguas, exiliadas al infinito.
Miente la memoria, subjetivamente.
Gimen y babean las persianas
y, dentro,
el espejo escribe una canción: Feeding the Wheel.
Las ondas sinusoides del agua
en silencio,
siguen un curso apócrifo… e hipócrita.
Ahora escribo porque no se morir
escribo, mi vicio solitario.
Dicen que nuestro precio es proporcional a un balazo del 38,
entender el Cosmos comienza por entenderse a uno mismo.
Todos perdemos algo una vez en la muerte,
demasiadas en la vida.
Debería callar. Como Dios.
[Él sí que es responsable de sus actos.]
Destilo el eco del habitáculo
que corre como sangre sobre cuerpos llovidos.
Siento alimentarme de negras nubes,
arrastrando los conducto-vértices de la luz.
Medita la llovizna en los campos de exterminio
y bebo del rostro de las piedras
tu nombre que nunca podré cruzar:
LIBERTAD.
(En esta regla de tres, yo era el tercero en discordia,
pero afortunadamente,
no podría hacer de esto un poema…
vivir es fácil, arduo sobrevivir a lo vivido.)

- TERCERA PARTE -

DICES un silencio amortajado,
… tu forma de jugar al engaño inevitable.
Coexistes en tus cuartos obstinadamente,
allí, el tiempo, libélulas en vuelo,
lee entre líneas tus secretos más eróticos
y tus verdades más prostituidas.
¿Qué razón queda entonces?
Acantilar mis ojos en el abismo de tus besos
y disfrazarme de tu pubis.

***

Tranquilos, ya casi he acabado,
solo lavarme las manos y expirar un eco,
[mientras Greta hace el amor con Kafka],
y practicar quiromancia con el magisterio de los labios
de un jurado predefinido e incomb(p)atible,
puesto que prácticamente todo tiene un precio
y yo sin moneda de cambio…
ni plata ni otro, quizá en la concavidad del Verbo,
la corporeidad de la Palabra.

***