Con el corazón nacido para extrañarte

Ante la incompresible pasividad,
apareciste como un incisivo relámpago,
desmigajaste mis impulsos,
y surcaste,
como un mortífero arañazo,
las vertientes de mi alma resquebrajada....

Con el corazón nacido para extrañarte,
bordo la creencia que las sabanas,
serán el firmamento de nuestro mundo,
pero es, el empapado pañuelo,
que inundo,
con sollozos de huecas realidades.

Con este llanto insaciable y sentido,
enfría el trote de embravecida pasión,
cabalgo desbocado y resentido,
por un delirante papel en blanco,
esperando a colisionar,
con una lluvia de tus raspaduras.​

 

Melancolía pura que bebes a sorbos, todo pasa como el agua, como el tiempo, como el viento...ánimos! Tu poema es hermoso, lo leo de nuevo! Un abrazo.

 

Gracias muy generosa conmigo