Con este par de manos

Tantas noches que estuve divorciado del sueño,
en el lecho incendiado,
me interne en las llamas,
buscando mis cenizas;

De tanto frecuentar las llamas de mi lecho,
Mis manos aprendieron,
a trazar en el vacio,
las formas de esa hoguera;

Ya el insomnio es glacial,
están demás relojes para medir las horas,
con sístoles y diástoles callado en esta noche,
el tiempo que transcurre al lado de su ausencia;

No podre aclimatarme a sabanas de hielo,
me provoca en la noche alumbrar su partida,
haciendo antorchas con este par de manos,
que recitan sus formas.

 

Excelente poema de amor con sabor a melancolía. Abrazos y toda la admiración posible.

 

Gracias, prisionero, es un placer leer tu comentario
Un Abrazo

 

Conozco muy bien ese divorcio, hermosa sletras.
Un placer leerte.

 

Las noches inspiran el alma, he aquí un reflejo de tanta melancolía que guarda tu pecho.
Saludos amigo.

 

Gracias mi panita, por tu comentario, y así mismo es.
Un abrazo hermano

 

Amiga Laura, tu sabes...
Gracias por visitarme, pronto voy...
Un beso