Con sus palmas complacientes

si mis palabras son velocidad:
son aullidos
de animal salvaje en medio de la selva
acosada de insectos
y de espinas
y de calor hídrico

la selva no logra incendiarnos
pero la combustión que la envuelve
es erotizante y perdura

una repetición de brillos
en la infinita variedad de helechos / bocas

allí las palabras se vuelven telarañas que acarician
las gotas, sabor a frutas silvestres
y las texturas sexualizan las manos /

allí el sol
-poderosa presencia-
suaviza el equipaje de la espalda
cicatriza los dolores antiguos
y calienta los contornos del cuello
con sus palmas complacientes

rápido huye el tiempo de nuestro encuentro
pero cada instante tiene su ritual
lo cotidiano lentifica los placeres
el disfrute de cada intervalo
del único y exacto momento
en el que pienso en una palabra que leí
-que me dijiste-
y sólo eso
me invita a viajar
por el paisaje de la suspensión del tiempo
preciosa agonía que me despierta
que sacude mi quietud
y la vuelve cóndor real
para observarme /
para verte sentado
con una figura incierta
desde algún punto del cenit.​