Con veintitrés y tan complejo...

Yo aprendí en la calle,

era un inconsciente,

lo contrario a ser prudente,

miraba hacia los lados y cuidaba los detalles.


Me emborrachaba por las noches,

marihuana todo el día,

partes de mi mismo yo perdía,

mientras una sociedad imperialista solo tenía reproches.


La marihuana abrió mi mente,

empecé a pensar de forma coherente,

me volví un ser consciente

y dejé lo de sirviente.


Ahora solo busco paz,

solo escribo siempre al margen,

busco moverme y me da igual mi imagen,

busco paz, lejos de esta sociedad.


Con veintitrés y la barba de un viejo,

las ojeras de mil noches sin dormir,

las manos cansadas de mi dolor escribir,

con veintitrés y tan complejo.