Conferencia de Frutas.

Un día buscando frutas tropicales para hacerme un coctel, recorrí varias millas acá donde vivo; es un lugar que al menos lejanamente, aparenta los campos de cualquiera de nuestras Islas entre Cáncer y Capricornio. De hecho muchos metropolitanos, vienen ingenuamente más por añoranza que por realidad a practicar esa nostalgia un poco desde lejos.
Las terminé de reunir casi de noche de manera que las dejé listas para la mezcla al día siguiente.
Sucedió que de madrugada me levanté a tomar agua en la cocina y advertí que no estaban en el lugar u orden en que las había dejado antes de acostarme.
Como soy un firme cazador de milagros y un crédulo de muñequitos rusos; me hice el ignorante y bebí mi agua... Mientras lo hacía miré de reojos y pude ver una naranja ya pelada, que haciéndose la dormida, disparaba un guiño de ojo y media sonrisa a un coco medio increíble y serio.
Torcí el caminar como si me fuera al lecho de nuevo, abrí y cerré la puerta, pero me quedé escondido tras la pared divisoria de la cocina y la sala.
Ya sin luz en la cocina, no pasaron tres minutos y una pequeñísima linterna alumbró la meseta.
Medio melón, (quien portaba un candelabro), urgió a todos al medio del mostrador, casi al lado del fregadero.
-Ya se acostó!, ..Murmuró el aguachento.
La naranja que estaba en mitad y que había visto en gestos anteriormente, golpeó con el codo a una fruta bomba medio dormida. Ella protestó sacudiéndose y le dijo...:
-Mijita se ve que no tienes que madurar, debo descansar para estar lista mañana bien temprano!
Un mango siempre sato y mirándose en el espejo de un vaso de cristal, piropeó, mientras se arreglaba el pelo:
--Bombi, si tu estas como para el mejor batido....
Así se decían cosas, hasta que una voz mandatoria salió del extremo más oscuro, y golpeando las manos en señal de agitación, mandó a callarlos. La señora Piña, puso orden desde su trono y exigió la continuación del debate.
-Señora naranja, de que se queja usted?!!! Inquirió con dominante voz.
-Mire su majestad, mi esposo el marañón y yo tenemos una diferencia muy grande y quiero pedirle el divorcio!.
Este sujeto, no me ama, sus besos son escasos, sus labios no se apasionan y yo,.. yo ardo en deseos de derramar mis jugos,...Ardo en deseos de que me muerdan los labios apasionadamente y no puedo compartir así un coctel con él.
Ante semejante declaración, muchos enrojecieron, especialmente un mamey hembra que era todo sensual.
El pobre marañón, expuso que sus labios eran chicos y que apretarlos era su tendencia; a lo que la naranja exigió una mejor mitad.
Yo aún escondido, comencé a disfrutar de aquellos argumentos tan frutales como absurdos. Una semi carcajada alertó a unos tamarindos de guardia y me tomaron prisionero llevándome al centro de todos los frutos.
Empobrecí por un momento, mientras la zarzosa naranja me explicaba la importancia de un beso y me increpaba por mi burla... aún preso y con los tamarindos guardianes a mi espalda, pedí la palabra a la reina y les dije:
- Escúchenme, cada uno de ustedes tiene una belleza especial, un color admirable, un sabor a sol, lluvia fresca y a amor.
Mañana estarán juntos, exhibiendo cada pisca de sus entrañas en mi desayuno----El plátano aplaudió solo y todo el mundo le mando a callar---Mañana—continué-- llevaré cuando salga, los mejores labios y los mejores besos. La mordida más atinada, mi sonrisa bañará de frescura a donde quiera que vaya y me sentiré casi rey, entonces.........
De repente senti un beso y desperté de un salto, me encontré un bello rostro con una sonrisa y unos " Buenos Días" , que valían todo el Caribe.

Dr. José Roberto Hernández (Vampi)