Congoja

Congoja​

Mi soledad montevideana, mi templo
socavado por esqueletos de hollín, la culpa
con su candil de rubí.
Mi depresión de ultranova, mi violín
roto, la mujer de vestido de flores brinca
el parapeto, muere y se va
en un corcel blanco.
La tundra de la cordillera, el patíbulo
de la calle, esa soga de perro,
ese biombo transparente donde me ves desnudo.
La noche penetra el coagulo de mi mente
y la abre como una mándala,
[FONT=Comic Sans MS]donde un elefante flaco y viejo
[FONT=Comic Sans MS]no sabe como regresar a casa.
[FONT=Comic Sans MS]Hace mucho frío, y estallo en llanto,
[FONT=Comic Sans MS]la burga irradia los vestigios del albatros,
[FONT=Comic Sans MS]y el abedul sombrea el único sol del desierto.
[FONT=Comic Sans MS]Caigo muerto, a bruces, a una finca
[FONT=Comic Sans MS]de tierra; y de mis ojos nace, al poco tiempo,
[FONT=Comic Sans MS]un maltés riachuelo.[/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]​

[FONT=Comic Sans MS][FONT=Comic Sans MS][FONT=Comic Sans MS][FONT=Comic Sans MS][FONT=Comic Sans MS][FONT=Comic Sans MS][FONT=Comic Sans MS][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]

 

muy triste poema pero hermoso

 

Un versar fluido y sentido poeta
fue grato leerte saludos cordiales

 

Nessum Motta, la ópera no surge con cascabeles y se pasa de sal si mucho violín. Es una magia, que bueno, vos sabe mejor que yo, pues no la guarda en papel, la vive, la pasea por los párpados cuando se vuelven barcos en vela, como la posee en las manos cuando le brota el sol. Los pies se le van por el océano de las lágrimas cuando grita el mundo, la aleta le brinca si es que chapotea el asfalto.

Pero mucho bla bla bla.

Y yo digo sí. Congoja.

 

El placer fue el mío Gabral, me alegra que te haya gustado.
De igual manera a Diana, gracias por pasar,
y brindarme estos siempre tan pintorescos comentarios.

Un beso.