¡Contigo siempre me tienes! Décima.

Vienes de un tiempo remoto

eternizado por dentro

donde nada es desencuentro

y en el alma me lo noto.

En tu busca no me agoto

y es que quiero andar contigo

para ver si me consigo

un poquito de tu cielo,

hechizar con él el suelo

y tenerte, tierno Amigo.


Llegas constante y certero

amilagrando la Vida

como dicha conseguida,

bien querido y verdadero.

Eres Tú si me refiero

a la fuerza circundante

que me lleva hacia adelante

en la claridad del día

y si tengo noche fría

Tú me arropas, Hijo amante.


Vienes de un sueño glorioso

que empieza cuando despierto

y si amanezco desierto

tu Verbo acude en reboso.

Suelo andarte deleitoso

por ser tu senda mi senda,

de tu herida sin contienda,

de tu sangre salvadora

tomo el agua redentora

con el pan de la molienda.


Llegas ganando la mano

a lo que infame me aterra,

al dolor que se me aferra

y me llaga cotidiano.

Cuando acudes, Soberano,

a mi llamada sostienes

con tu fuerza parabienes

que me das por generoso.

El claro llega gozoso

cuando entre mis ansias vienes.


¡Contigo siempre me tienes!

 

Esto esta como para ponerle música y cantarlo...bien logrado!

 

Muchas gracias, Antonio. De igual forma te saludo.

 

Muchas gracias, Ricardo. Saludos.