Costumbre o resignación

COSTUMBRE O RESIGNACIÓN


¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

Jaime Sabines


Esta ciudad es fria,
a las nueve o díez van desapareciendo las gentes,
a las once, se hace solitaria,
a las once y media se hace silenciosa,
a las doce, se hace insoportable la desgraciada.

Que bueno que estoy solo
y no me fuí con esos cabrones a ver a las prostitutas.
(Me rio de mi,
porque les dije que ando en mis tiempos de filosofo,
y que prefiero la soledad al bullicio de las cantinas o los antros.)
Tal vez me hace falta tener alguna,
si, tal vez sea bueno tener una piel
para llenar el hueco de mi cuarto por una hora.
Tal vez sea bueno complacer al cuerpo,
hay que dajarlo al infeliz que se sienta feliz,
despues de tanta rutina y trabajo,
quiza sea bueno darle algo,
que se ponga rojo, que vibre,
que se emocione, que crezca,
que se libere,
que se emborrache y sienta que existe.

Estuve pensando...
si quiero, puedo hacerlo,
Dios no me hizo tan poderoso,
pero es posible de vez cuando
darme algunos lujos.
pero... ¿de verdad quiero?
no vale la pena quedarse con las ganas
aunque en realidad,
no vale la pena ni siquiera lo contrario.

He dicho que no me siento feliz,
pero no es la ciudad,
ni es mi cuarto,
ni la noche, ni el frio,
no es nada de mi tampoco,
ni tú, que no llegaste a mi.
Es este circulo (maldito circulo) que todos llevamos dentro
para desear y desear
y no terminar jamas.

Es tarde, tengo sueño.
de pronto se me olvido el frio...
(y ella tambièn.)
¿costumbre o resignaciòn?

Es la una,
¡que bella ciudad tan silenciosa!
no escucho pasar las ambulancias.