Creencias

Es de saber
que todo humano
necesita esto,
creer.

Necesitamos confiar,
sentirnos seguros
y pensar que no estamos solos.
Necesitamos esa tranquilidad.

Algunos recurren al Dios Cristiano,
un Dios que provoca sufrimiento
y que lo justifica prometiendo
una vida mejor tras la muerte.

Un Dios,
que juzga al pagano,
“¡Ha de ser evangelizado!”,
o en las llamas purificado.

Estoy harto,
estoy harto de esas farsas,
de las inculcadas mentiras
teñidas de miedo e inseguridad.

Hermanos, somos fuertes,
librémonos de nuestra propia obra,
asimilemos el ego que se esconde tras ella.
Pues Dios no es más,
que un fruto de nuestro miedo.

Citando a Nietzsche:
“Dios ha muerto,
Dios sigue muerto,
y nosotros lo hemos matado.”.
Vamos ha aceptar el futuro
tal como lo hemos cambiado.

Individualismo, materialismo
y libertad, valores del Satanismo.
Religión sin deidad,
solo nosotros, los humanos.

Dejemos de creer de forma ciega,
abramos los ojos,
no somos despojos.
Nosotros,
somos los dioses
que antaño adoramos.
​

 

Nosotros somos dueños de nuestro destino, pero formamos parte de una gran cadena de trabajo.
Así, la Madre Naturaleza es lo macro, con respecto a lo micro.
Y lo micro son los seres vivos. Reinos animal, vegetal y mineral.
Luego por tanto, eso incluye a las razas civilizadas.


Somos pequeños y anónimos. Además, vulnerables.


Con lo cuál, recurrimos a la fuente primera, que es el Amor.
Sólo así podemos seguir adelante.
Con el Amor, nace la Bondad; consistente en la comprensión de lo abstracto.
Y lo abstracto tiene que ver con los conjuntos de variados elementos.


Matrices de muchos datos. Por ejemplo, el Solfeo. El quiromasaje. O el dibujo técnico.


En las cuáles, nosotros somos ensamblados, como si fuéramos robots. Me refiero a matrices más potentes, aún.
O sea, somos vibración, frecuencia, energía, diseño y masa.
Todo ello puede ser conceptuado, memorizado, digitalizado, grabado y archivado.
Y además, transferido a un universo paralelo.


O sea que la tecnología más avanzada, es aquélla que permite al hombre, ser codificado, en un idioma informático, y además, respetado en todo su apogeo, aun dentro del disco duro de un gran ordenador personal. Para ser luego, decodificado como archivo o programa informático, que se despliega dentro un universo paralelo. Logrando la materialización del sujeto, que aparece allí, como un replicante.

 

Afortunadamente cada vez somos más los que no necesitamos ningún dios para vivir ni para morir, unos cuanto millones de ateos, no sé la cifra, la verdad, han roto las cadenas con el miedo a no obedecer a los santos beatos y proclaman el amor a la vida, a la naturaleza y a las personas, el cielo está aquí en la tierra y el infierno para muchos también. Me ha gustado mucho tu poema amigo Dimitar. Paco.