Creo que esto es amor

El amor, algo bastante difícil de describir. Quien puede describirlo es fuerte, porque es capaz de escribir poemas, hablar de él a una pareja, o bien convencer a los demás de que lo que hacen es por ese sentimiento. Si reúnes a un grupo de personas que son excelentes en sus ámbitos de trabajo y les convences que lo que hacen es por ello, no serán excelentes, se convertirán en leyendas.

Pero creo que quien siente amor es poderoso. Es capaz de una hazaña increíble: transformarse a sí mismo.

Alguna vez escuché que la pareja que te complementa es aquella que te lleva hacia adentro de ti, que hace que te cuestiones si realmente eres tú el que habla u otra persona que te has inventado en la cabeza o una máscara con la que evades la realidad o un disfraz en el teatro del mundo para conseguir lo que crees que necesitas.

Porque enfrentarse solo a uno mismo es difícil. No hay juez más duro que aquel que siente culpa por lo errores del pasado. Y sin embargo, así ocurre.

La pareja te jala hacia ti mismo. Y te cuestiona porque eres feliz. De hecho, siendo feliz con esa persona te das cuenta de que es felicidad y que no lo es. Y como pudiste vivir sin ello por largo tiempo.

Y las mentiras que te decías caen bajo este abrumador peso de felicidad. No puedes seguir mintiéndote. Bueno, tal vez si, pero no por mucho tiempo.

Sin embargo, el amor no es suficiente. Aún cuando te inunda y te llena, solo si te entregas a él te cambia. El impulso te lleva a cometer locuras para estar a su lado. Aún las más insospechadas. Y por ello vemos demonios enamorados de dulces ninfas que renuncian a actos malvados y se vuelven tiernos corderitos. O a tímidos ratones de biblioteca salir del edificio corriendo a conocer el mundo tal como es y no solo el mundo de las ideas. También a parlanchines necios detenerse a escuchar y solo escuchar lo que esa persona les dice. O a la madre cuidando siempre de su hijo cuando antes era una mujer completamente diferente.

Pero eso es suficiente me pregunto. No quizás falte otra cosa más. Que esto encaje en nuestros planes y nuestros anhelos. Si la libertad que ya tenemos se ve coartada por este sentimiento, ya no es amor. Porque te vas apagando. Vas cayendo de nuevo en el sueño del cual despertaste. Por ello muchos caminamos con la mirada baja, para no seguir mintiendo y que no se nos note que pedimos amor a gritos para ser nosotros otra vez.

El amor te cambia y a su vez el amor cambia. Con el tiempo no somos los mismos. Tenemos muertes pequeñas cada cierto tiempo. Cambiamos, somos otros. Y renacemos y nos hacemos fuertes o aceptamos cosas que antes no. Y eso cambia nuestro amor. Y aún así seguimos amando. Por ello llegué a la conclusión de que puedes amar a la misma persona en diferentes vidas tuyas aún sin morir. De hecho evolucionar con el otro también es una prueba de amor.

Y en este baile cósmico en el que el amor te cambia, cambias tú, cambia tu pareja y vuelve a empezar; es que nos hallamos inmersos al final en un círculo virtuoso. Solo estoy aquí para que aprendas que yo te amo pero solo tu puedes cambiarte a ti. Y lo hagas o no, resulte bien o no el amor te seguirá donde quiera que tu estés.