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Crisálida

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Azulzurita, 3 de Febrero de 2020. Respuestas: 0 | Visitas: 447

  1. Azulzurita

    Azulzurita Volar soñando..Crear amando

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    19 de Enero de 2020
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    Género:
    Mujer
    Todo comenzó en un jardín muy colorido, de una casa muy pintoresca.
    Se habían vuelto vecinos de un pequeño sector del jardín que compartían desde hace algún tiempo, una hormiga, una luciérnaga y una oruga.
    Las tres decidieron reunirse un día, como no lo habían hecho nunca, para conocerse un poco y si pudieran, entablar entonces alguna amistad, ya que compartirían ese hermoso espacio verde, por el resto de sus días.
    Comenzó por hablar la hormiga diciendo.
    -Bueno, les quiero contar que soy muy trabajadora, con mis pinzas puedo cargar sobre mi dorso, el doble de mi peso y lo llevo a mi hermoso hormiguero, donde almacenamos con mis compañeras todo el alimento, teniendo así reservas para el invierno, somos muy precavidas, delgadas, de buen porte, nadie nos supera en energía y vitalidad, cuando me siento amenazada, clavo mis tenazas espantando así a cualquier enemigo, todos los demás insectos me admiran y respetan, por lo pequeña y a la vez fuerte que soy, que más puedo pedir al universo.
    La luciérnaga y la oruga asintieron.
    Luego le llegó el turno de hablar a la luciérnaga, comentando igualmente sus cualidades, que no eran menos que las de la hormiga, diciendo.
    -Yo poseo una luz muy bella en mi cola, tal es así que todos giran para verla, nadie se resiste a ella, además con mis alas, puedo trasladarme hacia cualquier sector del jardín que elija, dejando destellos luminosos a mi paso, que puedo anhelar de una estrella, que yo no tenga, no puedo pedir mas al universo de lo que ya me ha concedido, ya que también me admiran.
    La hormiga y la oruga asintieron.
    La oruga guardó silencio un momento, la hormiga y luciérnaga inquisidoras, le preguntaron que podía contar de interesante o bello, especialmente sobre sus cualidades.
    La oruga después de una profunda reflexión, respondió.
    -Yo no tengo tu fuerza, tu tenacidad o tu estructura corporal hormiga, y no brillo con la fuerza de una estrella como tú luciérnaga, más no hay nada que quiera pedir al universo, el me ha concedido en mi interior, todo lo que los demás no pueden observar de mi exteriormente y estoy agradecida por ello, tengo el don de amar y aceptar a todos los seres de alma pura de esta tierra como son, especiales y únicos.
    A este comentario la hormiga y luciérnaga se miraron desconcertadas, no comprendiendo los dichos de la oruga, la señalaron por sus ideas de extraña, decidiendo no volver a hablar o acercarse a ella.
    Para entonces los rumores de que la oruga era diferente a las demás orugas de su especie, comenzó a circular rápidamente entre los demás insectos.
    -Esta oruga no es terrenal como las demás orugas. Afirmaba la hormiga, y es así que ningún insecto se quería acercar a hablar con la pequeña larva, que entristeció y se arrepintió de haber transmitido sus pensamientos, sentimientos y emociones a aquellas dos, sabiendo de antemano que no la comprenderían, pero al parecer, ya era demasiado tarde.
    Pasando el tiempo en soledad, la oruga se sumergió tanto en la melancolía que sintió deseos de desaparecer o mudarse de aquel jardín, que ya se había vuelto el mismo infierno para ella, pero como haría? se preguntaba.
    No tenía la capacidad de volar de la luciérnaga, tampoco la fuerza para excavar de la hormiga, sintiéndose realmente desdichada. Entonces decidió que ya era suficiente, que no toleraría mas dolor y sufrimiento, si no podía escapar de aquella situación físicamente, lo haría con su mente, es así que tomo la decisión de volcar sus pensamientos en la meditación profunda, sintiendo la necesidad de aferrarse a algo que sentía como propio y le trasmitía algo de paz, aunque no fuera suficiente, ese algo era la rama de una frondosa planta poco concurrida de aquél jardín, era como su lugar, como su hogar en su pequeño mundo.
    Se quedó finalmente reconfortada en aquella delgada y acogedora rama, entrando en interminable quietud, un agradable período de latencia que la hacía sentir mejor.
    Tal fue la inactividad de la oruga pendiendo de la rama, que sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor, comenzó a envolverse en una especie de capullo, que inquietó a los habitantes de aquél jardín, pensando que la oruga quería hacer alguna de las suyas para llamar la atención de aquellos o que un castigo del universo la había envuelto y paralizado en aquella rama.
    Así fue pasando el tiempo, hasta que una tarde de sol, cuando la hormiga justo pasaba por el lugar observando aquél capullo, quedó estupefacta, al notar que éste comenzaba a abrirse.
    Decidió entonces alarmar a los demás insectos, que acudieron con prisa al lugar.
    El capullo al romperse dejó a la vista unas coloridas y delicadas alas para luego asomar el cuerpo de la esperada oruga, que ya no era, había modificado toda su estructura, convirtiéndose en una mariposa, para desconcierto u asombro de los demás insectos.
    La cuál simplemente desplegó sus alas, alejándose rápidamente y en plenitud, dejando atrás por siempre aquél jardín.

    Moraleja

    Cultiva tu espíritu, refugiándote en el amor.
    Vive pacientemente.
    Sueña con esperanza y con fe.
    Busca tu totalidad, tu libertad, transformando tu alma como la de una mariposa.
     
    #1
    Última modificación: 4 de Febrero de 2020

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