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Critica a la idea de Homo œconomicus I

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Mr.Hellmet, 20 de Octubre de 2018. Respuestas: 1 | Visitas: 816

  1. Mr.Hellmet

    Mr.Hellmet Poeta recién llegado

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    Se dice que el ser humano, al realizar actividades económicas, es un decididor racional y egoísta; esto es, que basado en su interés individual busca maximizar los beneficios y reducir las pérdidas derivadas de susodicha actividad. La conducta económica tendría entonces estas características: racional, maximizadora y egoísta.
    De esta idea sale la noción de “homo œconomicus” como un modelo teórico para explicar la conducta económica de los agentes de mercado (y para los liberales más aguerridos, la conducta en general. Esta idea se ha ido propagando por muchos campos del saber, rebasando el ámbito económico donde nació y expandiéndose a áreas como la sociología o la psicología.
    El homo economicus se presenta como el modelo teórico más adecuado para describir la conducta, pero la cosa va más allá, algunas personas pretenden naturalizarlo hasta el punto de considerarlo una aptitud intrínseca del ser humana: el interés individual y el calculo egoísta serían la esencia de la conducta humana. Sin duda, algo muy conveniente para los economistas de todo el mundo, quizá los miembros de la escuela austriaca puedan hasta hacerse psicólogos…
    El objetivo de esta serie de articulos es ofrecer una serie de objeciones a determinados atributos de la idea de homo economicus, como su aplicación a todo ámbito donde haya conducta económica o si realmente es una aptitud natural del hombre.


    El problema surge cuando tratamos de ampliar el campo de acción de esta idea más allá de las sociedades de mercado, que son el contexto histórico donde surge.[1] El alto desarrollo de la división del trabajo, la proliferación del régimen salarial y la propiedad privada, unida a la expansión paulatina del mercado a prácticamente todo ámbito de la sociedad, hacen que la idea de Homo œconomicus se ajuste de manera bastante adecuada a las condiciones de vida actuales de los estados capitalistas. Sin embargo, la pretensión de esta idea no es tanto describir la “psicología del mercader” o la del empresario, como lo es el tratar de explicar la conducta económica en general de los agentes económicos, esto es, los seres humanos.

    ¿Sirve esta idea como modelo explicativo de la conducta económica en general?

    Para empezar, si el individualismo metodológico que se sirve de esta idea reduce la explicación de los fenómenos económicos a las acciones individuales de los agentes económicos (conducta económica), su modelo explicativo deberá de adecuarse a toda situación en que agentes económicos lleven a cabo alguna actividad económica, independientemente del periodo histórico (pues consideran al Homo œconomicus universal y atemporal, es decir, no como una disposición de génesis social, sino como natural e intrínseca al ser humano). Es decir, el Homo œconomicus, como arquetipo fundamental de la conducta económica, deberá explicar toda actividad económica llevada a cabo a lo largo de la existencia del Homo sapiens.
    Esta es una de las consecuencias de reducir la economía a la acción de los sujetos, a simple conducta prescindiendo de elementos externos o considerándolos accesorios; pues agricultura ha habido desde hace poco más de 10.000 años con la llegada del neolítico, pero conducta económica ha habido siempre, desde el primer sapiens (y con esto, cabría volver a plantear la duda que siempre ronda cuando se toman estas vías de investigación ¿Podemos hablar de economía en los neandertales? ¿no tenían estos también “conducta economía”, seguramente muy semejante a la de los sapiens que aquella época? Si es una cuestión conductual ¿Qué hay de la conducta económica del resto de especies pertenecientes al genero homo, no podían haber sido también Homo œconomicus, maximizadores egoistas? Vemos como poco a poco la barrera entre economía y etología se difumina, perdiendo asi su especificidad y llevándonos a hacernos la pregunta ¿no exhibe acaso todo animal conducta económica, buscando maximizar sus beneficios y reducir los riesgos en la obtención de alimentos? Acaso lo especifico de la economía se encuentra en algo que no puede reducirse a simple conducta, aunque esta sea un elemento fundamental, pues solo la acción de los agentes económicos permite que haya actividad económica propiamente dicha, y por tanto que exista la economía).
    Como hemos dicho, el modelo se ajusta muy bien a la hora de explicar la conducta de un comerciante, un mercader o un trabajador asalariado, que buscan obtener el máximo beneficio en sus actividades específicas, aunque no sea capaz de abarcar a todos los sujetos de mercado de las sociedades capitalistas (ya Mises llama la atención de como la idea de Homo œconomicus no se ajusta adecuadamente ni a la conducta del consumidor ni al acto de gastar[2]) por lo que, tratando de delimitar un poco el campo de acción de esta idea, diremos que pretende describir la conducta económica basada en la producción. La adquisición, por otro lado, no siempre se ajusta a este modelo, pues cuando la adquisición se hace por medio del mercado vemos que los presupuestos defendidos no se ajustan adecuadamente; ya sean mercados capitalistas o antiguos, basados en el sistema monetario o el trueque, no parece que el consumidor se guíe por una maximización de los beneficios o decida siempre racionalmente. Esto refuerza nuestra tesis, que básicamente consiste en defender que la idea de Homo economicus surge en las sociedades capitalistas teniendo como modelo los comerciantes y burgueses de la época, buscando describir su forma especifica de conducta económica y cuyo uso se ha generalizado, no tanto por una cuestión económica, como por una ideologica, siendo una idea que no solo entroca perfectamente con los presupuestos liberales, sino que encima los fundamenta adornándolos con cierto ropaje científico: el interés individual, piedra angular de la ideología liberal, seria el factor fundamental en la modulación de la conducta económica en particular y de la conducta en general, quedando asi canonizados los presupuestos liberales.

    El interés individual, el calculo racional y egoísta y la maximización de beneficios. Estos son los atributos que caracterizarían la conducta económica del productor o del comerciante, es decir, del Homo œconomicus. Si aplicamos este modelo a diferentes periodos históricos, vemos como algunos de ellos no se ajustan adecuadamente o no llegan a explicar de manera satisfactoria la actividad económica en general ni la conducta econoomica de ls individuos particulares.
    Nosotros afirmamos, considerando esto un asunto que debe de tenerse muy en cuenta, que hay épocas en las que ideas como “interés individual” o “calculo egoísta” resultan cuanto menos confusas y problemáticas. A día de hoy todos parecemos tener muy claro que son esas cosas y como definirlas; interés individual es mi interés, donde lo que se busca es beneficiar a mi persona independientemente del resto, el calculo egoísta va de la mano y es el proceso deliberativo por el que se trata de llevar a cabo el interés individual. Ideas como “mi beneficio” o “mi interés” son aquí capitales y como trataremos de explicar, ese es precisamente el problema.
    Vivimos en la época de la individuación, desde el origen de la modernidad y el proyecto emprendido por Descartes de fundamentar la realidad del mundo mediante el sujeto, ha habido un aumento, sino de la individualidad (pues la “sociedad de masas” es en muchos aspectos tan gregaria como sus predecesoras) si al menos de la conciencia de individualidad donde cada uno se tiene más en cuenta como individuo, es decir, valora su individualidad aunque esta sea puramente convencional, aunque su estética sea una copia de un artista, su carácter trate de imitar alguna celebrity o sus formas de ocio se basen en imitar las de su circulo de amigos y conocidos más cercanos o las promovidas por los diferentes medios de difusión cultural. En resumen, hay un aumento de la utoglorificación, sin que esto signifique un aumento en la identidad individual: todos queremos ser únicos y diferentes, pero perteneciendo a un colectivo, a un grupo o a una clase especifica de la que adoptamos determinadas pautas de conducta… pero esto ha sido una desviación del tema principal, lo importante es, dicho en pocas palabras, que hoy día somos más individualistas.


    [1] Los orígenes de esta idea se situarían entorno al S.XVIII-XIX. Podemos encontrárnosla en estado embrionario en una parte del libro II de Las riquezas de las naciones de Adam Smith, donde se dice:

    En todos los países donde existe una seguridad aceptable, cada hombre con sentido común intentará invertir todo el capital de que pueda disponer con objeto de procurarse o un disfrute presente o un beneficio futuro. Si lo destina a obtener un disfrute presente, es un capital reservado para su consumo inmediato. Si lo destina a conseguir un beneficio futuro, obtendrá ese beneficio bien conservando ese capital o bien desprendiéndose de él; en un caso es un capital fijo y en el otro un capital circulante. Donde haya una seguridad razonable, un hombre que no invierta todo el capital que controla, sea suyo o tomado en préstamo de otras personas, en alguna de esas tres formas, deberá estar completamente loco”

    Pero el termino será acuñado por primera vez durante el S.XIX en las obras de economía política de John Stuart Mill, quien propone “una definición arbitraria del hombre como un ser que, inevitablemente, hace aquello con lo cual puede obtener la mayor cantidad de cosas necesarias, comodidades y lujos, con la menor cantidad de trabajo y abnegación física con las que éstas se pueden obtener”. En todo caso, la idea es fruto de sociedades capitalistas y de un capitalismo con cierto nivel de desarrollo, cercano a su fase imperialista.

    [2] L.V.Mises.: Epistemological Problems of Economics
     
    #1
    Última modificación: 20 de Octubre de 2018
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  2. dragon_ecu

    dragon_ecu Esporádico permanente

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    Algo extenso pero sin duda interesante. Empero noto algunos detalles que al ser pasados por alto son justo las que en ciertas condiciones validan teorías y en otros las contradicen.

    El primer detalle es que no se ha definido los conceptos de :
    Homo económicus.
    Precio.
    Valor.

    El segundo detalle es que no se han considerado que las valoraciones de máximo beneficio no son ni fijas ni permanentes, e incluso a menudo se pueden confundir estas con meras satisfacciones de determinadas necesidades (tampoco fijas ni permanentes), por lo que la actividad económica se traduce en placer o supervivencia u otras, según sea el caso.

    Estaré atento a nuevos aportes.
     
    #2

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