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Cronicas de la Resistencia Caída parte 1: La impostora

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Khar Asbeel, 9 de Enero de 2025. Respuestas: 1 | Visitas: 57

  1. Khar Asbeel

    Khar Asbeel Poeta fiel al portal

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    Disclaimer: Este un relato fanfic hecho por diversión y sin fines de lucro basado en el universo de la franquicia Terminator creada por James Cameron.

    LA IMPOSTORA
    Nunca imaginé que el futuro sería un paisaje desolado donde los ecos del pasado eran un lujo del que no podíamos permitirnos disfrutar. Recuerdo, como un sueño lejano, un tiempo en el que la humanidad vivía en paz, donde el sonido del viento entre los árboles era un susurro, no un lamento. Ahora, todo es silencio roto por el zumbido de las máquinas Hunter Killer, un recordatorio constante de nuestra caída. Soy Julia Reyes, sargento de Tech-com, miembro de la resistencia desde hace mucho años; una sombra en este mundo devastado. Mi única razón para seguir adelante, para enfrentar el horror día tras día, era Susy, mi amor, mi luz en medio de esta interminable oscuridad. La conocí hace tiempo, una guerrera como yo, con más ganas de vivir que nadie. Es lo que me atrajo de ella, su fuerza, su energía al parecer inagotable. Su largo cabello negro, sus ojos oscuro, su piel morena brillando en la oscuridad mientras la recorro con mis labios, es mi principal razon para seguir viviendo.

    Aquella noche, cuando la alarma sonó, un escalofrío me recorrió como una cuchilla. Estábamos en la base, un refugio improvisado que apenas se sostenía bajo el peso de nuestra desesperación, revisando nuestras provisiones escasas. El sonido agudo y penetrante nos cortó el aliento. Un Terminator había llegado. En cuestión de segundos, el pánico se propagó como un fuego voraz, consumiendo cualquier intento de organización. En medio del caos, intenté mantener la calma, pero algo en el aire era distinto. La desconfianza crecía como una sombra viva, y cada rostro a mi alrededor parecía ocultar un secreto.

    Las horas que siguieron fueron un descenso en la paranoia. Uno a uno, nuestros compañeros desaparecían sin dejar rastro. No sabíamos que pasaba. Los Exterminadores siempre son caóticos y ruidosos, pero lo que sea que nos estaba acechando, era totalmente silencioso. La base se tornó un mausoleo donde las sombras se alargaban, y cada esquina parecía susurrar secretos que nadie quería escuchar. Pero lo que más me aterraba no era la muerte, sino la idea de perder a Susy. Ella era mi roca, la chispa que mantenía viva la llama de mi humanidad. Sin ella, me habría rendido hace mucho tiempo. Debía encontrarla y rápido.

    Mientras buscaba respuestas entre las ruinas de nuestra base, con mi rifle de plasma apuntando a todos lados, encontré algo que no debería haber estado allí: un objeto que pertenecía a Susy, un pequeño medallón qué perteneció a su madre y del que nunca se separaba. Mi corazón se detuvo, y una angustia fría se apoderó de mí. ¿Por qué estaba aquí? El pensamiento era insoportable, pero mientras investigaba, ella apareció ante mí, inmóvil y sonriente. Le hable, intentando saber qué habla pasado, pero no recibí más respuesta que esa sonrisa irónica y una mirada gélida. La verdad comenzó a desenmascararse, lenta y cruel, nacida del instinto, de mi propia alma. La idea me golpeó como un puñal: Susy no era Susy.

    Había sido reemplazada. Algo que no habíamos conocido nunca, una máquina había tomado su forma, la había reemplazado. Rápidamente hice conjeturas. Un Terminator disfrazado de una persona conocida y amada podría infiltrarse entre nosotros, acechandonos, conociendo nuestras debilidades, sin que nadie se diera cuenta.

    El clímax llegó en esa noche tan oscura como mi corazón en ese momento. Me enfrenté a esa criatura que llevaba el rostro de Susy, la misma sonrisa, el mismo que una vez me había traído consuelo en un mundo caído. Pero ahora era una máscara, un simulacro cruel diseñado para manipularme. La con me habló con su voz, usando palabras dulces y tranquilizadoras. Por un instante, mi mente vaciló.

    ¿Y si realmente era ella?

    Pero en el fondo, lo sabía. Lo sabía por la forma en que sus ojos, esos ojos que una vez fueron un faro en la tormenta, ahora estaban vacíos. No era ella. Nunca podría ser ella.

    Mientras la base caía a nuestro alrededor, mientras el estruendo de las máquinas invadiendo nuestras defensas llenaba el aire, tomé la decisión más difícil de mi vida. El amor y el odio chocaron dentro de mí como una tormenta, pero la humanidad no podía permitirse ceder ante esta abominación. Con lágrimas que quemaban mis mejillas y un grito de dolor que resonó más fuerte que cualquier disparo, levanté mi arma.

    Dispare una y otra vez contra la cosa que se vistió con el fantasma de Susy. Cada ráfaga de plasma se hundía en una especie de limo plateado. Cada ataque deformaba y dispersaba su forma hasta que por fin cayó.

    Me di la vuelta y corrí. Un rápido vistazo atrás me dejó ver una figura amorfa, líquida y plateada irguiéndose del suelo. Mientras corría podía oír unas resonar unas oscuras carcajadas. Logré escapar antes de que la base estallara en llamas.

    El costo fue insoportablemente alto. La base estaba perdida, y yo me vi obligada a huir mientras el mundo se desmoronaba a mi alrededor. El eco de mis propios pensamientos me perseguía en la oscuridad: ¿Cómo puedo seguir sin Susy? Sus palabras, su risa, incluso la forma en que tomaba mi mano en los momentos más desesperados, eran ahora fantasmas que me atormentarían para siempre.

    Caminé bajo un cielo sin estrellas, una figura solitaria entre las ruinas del mundo, llevando el peso de una pérdida que nunca podría superar. Pero aun así, seguí adelante, porque en este mundo de sombras, el recuerdo de Susy era todo lo que me quedaba. Ella era mi motivo, mi lucha, incluso en la muerte.

    Soy Julia Reyes, una guerrera en un mundo consumido por la oscuridad. Mi camino está lleno de sangre y lágrimas, pero no puedo detenerme. Aunque la humanidad se desmorone a mi alrededor, aunque mi corazón está destrozado, seguiré luchando. Porque en el vacío de un negro futuro, la memoria de un amor verdadero es la última chispa de luz que queda. Y por eso mismo, Skynet debe caer.

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    #1
    Última modificación: 13 de Enero de 2025
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  2. Alde

    Alde Amante apasionado

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    Una interesante narración.
    El último párrafo como cierre, muy elocuente.
    Existen muchas guerreras.

    Saludos
     
    #2
    A AnonimamenteYo le gusta esto.

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