Crónicas

En crónica despedida
avanzan mis pasos quietos
caminantes de la nada.
Un espejo, una plegaria,
un umbral, una cortina,
una tumba, una ventana.
Grandes cumbres escarpadas
asoman por la camisa
de los sueños juveniles.
Murallones del olvido
en medio de la llovizna.
Nebulosas siderales
van rondando los portales
en las sendas de las máquinas.
Vanas vidrieras brillantes
robustas de psicotrópicos,
apuntan justo a la frente
de lánguidos esqueletos
vestidos de humanidades,
existencias invernales
de la risa acorralada.
En la espalda la respuesta,
la soledad, la pregunta,
se hacen llaga incinerante
y los reflejos se callan.

Al borde de los estantes
que quedaran desolados,
atestados de distancia,
no quedan más que cenizas
cayendo sobre las lápidas.

En crónica despedida
avanzan mis pasos quietos
caminantes de la nada.

 

Muchas veces corresponde tocar fondo para volver con más intensidad.
Ha sido muy reflexivo tu poema, Marcos, un gusto leerte, saludos.

 

Hola amiga Maca!!!
Disculpa la demora en contestar.
Muchísimas gracias por tan linda visita.
Para mi siempre es una gran alegría encontrarte por aquí.
Te mando un abrazo grande!

 

Hola amigo Alberto.
Muchas gracias por la visita compañero.
Esta composición salió así nada más, de un tirón.
Me alegra mucho saber que le ha gustado.
Le.mando.un abrazo!

 

Hola, Gustavo.
Muchas gracias por la visita.
Abrazo grande!

 

Hola, Rosmery.
Muchas gracias por la visita y amable comentario.
Te mando un gran abrazo.