Crucifixión.

Veo el matinal galope de la muerte,
Con una herida en el costado duermo;
Con la llaga del fuego que me escoció,
Muero cada día en la crucifixión.
Dos maderos me llenan el corazón de sangre,
Dos maderos me juzgan ante el desastre.
Tres clavos, que me mantienen en la vida,
Tres clavos que me dan la temida muerte.
Del calvario vengo hasta mi casa,
De un calvario vengo como de una guerra,
Con heridas en mi pecho y vientre.
En un fuego arden zarzas,
En su humo se forma mi cara.
Mi espíritu me habla y pasan las horas.
En el estado del crucifijo en la ventana,
Esa cruz de cara blanca.
Con dos maderos y tres clavos,
Vi cómo se fue mi alma.

 

Amigo, me encanta como escribes, se me sobrecogió el corazón...
Interesantes imágenes.
Un abracito para ti.

 

muy expresivo...gusta mucho leer algo asi..un saludo

 

Muy interesante tu escrito, los clavos que aveces mantienen la vida, son los mismos que perforan hacia la temida muerte, como la llamas vos, pues quizá todos llevamos nuestra propia cruz, quizá todos estemos crucificados, pero pocos han hecho un escrito sobre ello como vos, me ha gustado mucho, sin yo ser un conocedor del tema...

 

Lo has captado bien demonio de una mente.:::sorpresa1:::

 

Toda la vida nos crucificamos por todo y por nada, importante esperar la comunicación con nuestro creador. Saludos y feliz día

 

Un placer leerte, muy claro y descrictivo poeta.
Un saludo, chao

 

La vida es una cruz que nos recuerda que hemos nacido para vivir de nuestra muerte (opinión muy personal)....
saludos.