Cruel... no amor.

Como en un sueño reconocí tu rostro...
me sentí tan importante,
que rogué a la noche soñarte nuevamente,
para reposar sobre tu pecho.
Pero cuando apareció en mí tu imagen me hundí,
y sola me abandoné a un cielo sin estrellas,
que sólo cuando logré despertar,
pude ver que tu rostro no era más que una silueta,
que decía llamarse Vanidad.
Y pude hablar con ella...
y le pregunté por que había elegido tu cuerpo,
por que se había apoderado de tu alma...
me dijo más, que otro nombre... Orgullo.
Y entre sueños y realidades busqué desesperadamente al orgullo...
y no quiso responderme, era más fuerte que él...
y así fué... nada me dijo, sólo balbuceó la palabra resentimiento.
Y nuevamente comencé a buscarlo,
entre los lamentos y dolores del corazón...
y por segunda vez no quisieron responderme...
El resentimiento sólo me demostró que su silencio
era por que lo había invadido el Dolor.
Y yo, entre el agotamiento y la desesperación,
me enfrente con el dolor...
y fué el único que me respondió...
me dijo que así como el rostro que soñé alguna vez y mi alma...
ambos sabíamos la respuesta de él.
y yo... casi sin voz, le dije que era muy cruel.
Y sonriendo me replicó...
No... yo no soy cruel...
Cruel es lo que has hecho tú, con tu alma.

 

La maravilla de las letras divinas en la composición excelente.