¿Cuál oportunidad?

Y nos jactamos de las oportunidades…,

esos gestos de generosidad
que se despachan desde el orgullo,
trama de colores sólidos
en cobertores pasajeros,
aguardan en cuarentenas de besos
con un millar de amaneceres
y unos brazos como abrigo.

La ocasión de ser recíprocos
con las fantasías que se nos formulan,
la mirada que identifique la caligrafía de los gestos
o el oído que perciba, los tañidos en la sangre.

Son ellas, las oportunidades
índices arquitectos, con elegías restauradoras
de párpados mutilados, de labios incoloros
curadores específicos
de acuarelas escondidas
y de la desnudez que envuelve el alma.

La oportunidad de ser izados
en las estaciones de la jornada
y que nuestros nombres se balbuceen
en cada trino, con cada luz
a la media noche, al rayar el sol
en cada aroma que el aire surque,
en cada paso avizorando un rostro
en las caderas que se contonean
en libertad de los cabellos
en la risa suelta,
en la lírica de la voz,
en las mañanas, en los ocasos
bajo la lluvia, con el sol a cuestas,
o bailando intrépidos
bajo la luna.

Nuestro orgullo llueve desde la entraña
oportunidades temporales…

¿Y la oportunidad de vivir…?

Ese tiempo que a todos se otorga
de ser
de amar
misioneros del universo,
ese tiempo de ser instrumentos
en manos tejedoras
por la alegría y por la paz.

Herramientas que siegan lágrimas
al otorgar desde el corazón
semilleros de esperanzas
fertilizando miradas
cultivando día tras día
la fe y la confianza
en el amigo, en el hermano
y la palabra como estandarte
izada desde la mirada
con lealtad y honestidad.

La oportunidad puede ser un minuto
o una eternidad... de ser feliz.

 

La mejor oportunidad, todo lo que nos acerque a la vida será, lo que es virtud, verdad y belleza.
Precioso mensaje.
Abrabesos

 

Buenas noches señora Ropittella. Gracias por su palabra y su tiempo. Bendiciones.