Cuando deje de amar a Santiago

Como una piedra de la luna,
lanzada al océano,
se disipó lo que nos tocaba.

Me detengo a probar cada bocado.
Sintiendo el sabor de todo lo mundano,
lo abandonado,
absolutamente lejano

Te siento.

Como una piedra de la luna.
Lanzada.

Permitime que caiga al vacío,
de ese océano.

Permití que este cuerpo inerte
se desintegre por haber venerado al dios equivocado.

La vida pasa como un avenimiento
rumbo al olvido.

Desconociéndonos.

Hasta desfigurar nuestros rostros
producto de una satírica quimera de la juventud.
Cruzando el vahído camino hacia la sustantividad
de las verdaderas relaciones humanas.

Partiéndonos en piedras lunares
tiradas al océano,
que ya no sirven más

Solo me queda esperar,
que un dios mitológico,
pero híbrido,
me vuelva a sostener en la luna.

 

Me ha gustado mucho, bella manera de contarlo, lo de la piedra lunar es un hallazgo poético, original y certero en su objetivo. Abrazote navideño vuela amiga Barbi. Paco.