Cuando El Hambre Nos Dejó Sin Dios

Supervivencia Al Límite

La besé frente a la comandancia de marina
y al día siguiente me enrolé en un ballenero rumbo al pacifico sur,
cargado de metralla me hice a la mar
con la angustia de no volver a pisar tierra firme
al menos hasta que las bodegas del Essex estuvieran repletas de aceite,
pronto me olvidé de respirar
y decidí volverme los ojos del revés para no mirar para atrás,
quizá por eso no vi llegar a la gran ballena blanca
que nos hizo naufragar frente a las paradisíacas playas de isla Henderson,
repletas de aves, frutas y vegetales pero sin tabaco para masticar.

Sólo unos pocos pudimos convertirnos en héroes,
sólo unos pocos, lejos de un comportamiento bizarro y violento,
pudimos seguir comiendo cuando el hambre nos dejo sin Dios
y tuvimos que sobrevivir comiéndonos nuestro honor.

En el bote del Capitán Pollard se celebra un sorteo, ¿quién será?
primo menor, pobre corazón,
tú serás la próxima gaviota que volará lejos de su nido
y allí donde el mar no deja testigos
se te recordará sin remordimientos y amortajado con todo tu valor,
pero temo que hasta el final de la noche,
otras siete estrellas más brillarán en la cubierta de este buque maldito.

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El 20 noviembre de 1820
el ballenero Exxes al mando del Capitán Pollard Jr,
naufragó en el Océano Pacífico en la costa occidental de Suramérica
al ser embestido por un gran cachalote blanco.

 

Hermosas letras nos dejas, un placer leerte.