Cuando los animales sueñan.

De noche,

se mueven alrededor,

aunque tú no lo percibas.


Enfoque,

de alta traición,

relamiéndose las heridas,


Hoy date,

un instante,

para mirar lo que te rodea.


Cielos rojos,

y parpadeantes,

cuando los animales sueñan.


Quien fue,

el frio asesino,

y ahora duerme como niño.


Tan cruel,

suele ser el destino,

sus entrañas en el piso.


En lo obscuro,

dice alguna gente,

todos los gatos son pardos.


Se atan como en nudo,

de manera estridente,

para consumar el acto.


El suplica se mía,

y no le importa,

quien posea a quien.


Dulce minina,

toda una señora.

imitación piel de mujer.


Cuando ajenos,

cierran por unas horas los ojos,

van a otras tierras o están con nosotros.


El destierro,

es un lapso de vida sin rostro,

para poder despertar siendo otro.


Quien lo hizo,

con que motivo,

se tornó en ofensivo.


Que sonido,

fue inducido,

cuando estaba adormecido.


Hurgando,

en el misterio,

no distinguen basura o flor.


Cuando,

sueñan ellos,

sentirán placer o temor.


Sueñan,

de noche y de día,

cuando la muerte suspira.


Llevan,

sangre caliente y fría,

como estigma que les guía.


Sueñan lo que fueron,

y lo que serán después,

energía en transformación.


El que hoy es perro,

que pudo ser ayer,

si nos rige un mismo dios.


Mi lujuria animal,

y condición de humano,

hasta donde no me llevaran.


Con decencia mínima,

lamen sus partes íntimas sin reparo,

humano y animal en perfecta dualidad.

 

buen poema filosófico y plagado de la racionalidad... saludos