Cuando se paga por paz.

Arrendé el dolor de mis tristezas caníbales,
pagando caro el despertar de las cuotas mensuales.

¡A ver,

que he sido en bendición
el ayer de las alegrías!
De unas fotos pintadas
con un rostro parecido al mío
estando al lado de lo que creí soñar.

Pagué con los dólares
demasiada luz
para conservar tranquila mi tragedia,
y unas que otras torpezas
de mi tribilín encuentro
sumergido en el aire.

 

Hay varios versos en los que me podría quedar para dejar un discurso, pero me reservo a dejar mi aprecio en un abrazo fraterno, es que todo tiene un precio...

 

Gracias, poeta de alas brillantes. Tome las que necesite, después de todo, ya está pago. El precio, es casi de regalo. Abrazos recibidos, y abrazos fraternos le envío.

 

Aprecio siempre sus palabras poeta. Abrazos fraternos.