Cuando te conoci

Oh dulce rosa de invierno,
hundes tus espinas en mis labios,
mientras sonries insaciable admirando mi fragilidad.

Escondo mis sonrisas en el fondo de mi timidez,
pero tu las buscas como preciados trofeos,
pruebas infalibles de que la tristeza no me ha carcomido completamente.

Voy a tomarme un tiempo para darme cuenta,
tus ojos ven mas alla de la desesperanza.
Hallo en ellos el refugio del naufragio,
de la tormenta humeda y fria,
de la peregrinacion de mi esperanza hacia la muerte.

Hoy voy a descansar de la adiccion,
a sonreir sin razon alguna.
Mienteme y dejame decir,
voy a desaparecer simplemente,
y volvere como un beso.