1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Cuando te vi por la Gran Vía

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Troto, 26 de Diciembre de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 388

  1. Troto

    Troto Pablo Romero Parada

    Se incorporó:
    31 de Octubre de 2014
    Mensajes:
    1.660
    Me gusta recibidos:
    1.266
    Género:
    Hombre
    ¿Cómo puede darse el caso de que me abandones si yo siempre te quise y tu a mí igual?. ¿Cómo es posible que esta no haya sido la primera vez que te sucede?. El dolor insoportable también se puede curar entre los caprichos de los días. Cuando cure, podremos empezar de nuevo desde cero siempre que me lo tome con calma. Aunque la calma, de querer, pueda matar igual.

    La calma me puede dejar colgado hasta que las arrugas se vayan esparciendo por el resto de los tejidos. Hasta que solo un maldito viejo pensativo, quede anhelante en mí, por lo que fue tener unas formas y unas poses tan atléticas.

    Cuando cumpla los seteintaycinco y ya lleve cincuentaycincoaños por vos, espero al menos haber tenido la ocasión de hablarte un puñado de veces más. Pero si pasa el tiempo, y soy capaz de rehacer mi vida, esta no será igual de buena como la que tuve a tu lado.

    Mientras seas capaz de dedicarme algún pensamiento anual de cariño, voy a seguir con la esperanza de que tus ojos quieran volver a entrecruzarse con los míos. Aunque sea solo por el despiste o para preguntarme “¿qué tal?” en uno de esos días en los que nos cruzemos casualmente. Pero cuando suceda, yo te veré y finjiré no hacerlo, y vos no sé si harás lo mismo o si directamente vas a ir ensimismada en otros pensamientos, dejando a mi rostro fuera en la posibilidad de encuadrarse en tu visión.

    Ando buscando, en otros, detalles tuyos. Ando calculando la posibilidad de que reaparezcas de repente, entre cualquier esquina. Estas cuentas alimentan mi costumbre de verte siempre por cualquier lado, resucitando a mis bloquantes pulsos, cuando tus piececitos reaparezcan, en algún lugar que mis sentidos puedan reconocer.

    ¿Me viste aquella tarde de sábado en la que empezabas a escalar con tus padres la Gran Vía?. ¿O estabas sencillamente preocupada en pensamientos como: “¿por qué habré elegido para pasear la cuesta más prounciada de Vigo??.

    En realidad no importa que me hubieses visto cambiar de dirección para elegir el callejón trasero. Pero no salir por patas fue la elección más tranquila.

    Os miré fijamente buscando, en vuestras pupilas, alguna señal de acercamiento, o tan si quiera apareciendo en alguno de los rabillos allí presentes, para darme cierto espacio en el que pudiera efectuar un saludo amistoso. Mi reacción de angustia os echó para atrás. Fue mi alma de acosador la que excitó a mis movimientos de tenerte cerca.

    No me quedé esperando un saludo amistoso por hacerlo todo más natural. Eso lo hice para revivir de nuevo lo que era tenerte a menos de 5 metros de mí.

    Y he de admitir que fue maravilloso.
     
    #1
    Última modificación: 3 de Enero de 2017

Comparte esta página