Cuatro poemas de un corazón triste

I
¿Cuál es, este único embrujo de amor,
que sin latidos al corazón dejó?
¿Cuál fue, aquella razón que permitió,
la pena que trajo tanto dolor?

¿Cómo deberé provocar la amnesia,
para que el corazón pueda olvidarte?
¿Cómo haré para poder alejarte,
si fuiste del amor, toda la esencia?

El insomnio, ya tardío y errante,
merodea triste en la soñolencia
de aquel utópico infierno del Dante.

Fuiste la Beatriz de mi creencia,
el brillo de este corazón amante,
y la serena voz de mi conciencia.

II

¿Cómo hago? ¡si acá todo te recuerda!!
¿ Es el viento, susurrando tu nombre,
o las nubes, colgando de una cuerda,
la imagen de tú cuerpo color cobre?

El sol cálido, a tú piel recodaba,
y en cerezos dulces, tus labios rojos.
¿Y si la noche sólo me encontraba?
brillaba blanca la luna en tus ojos.

Sonrisa de miel que al alba brillaba,
con aliento dulce, y versos melosos,
eras esa flor, que mi abeja amaba.

Son memoria esos deseos celosos;
era bella emoción que recordaba,
al acariciar tus cabellos sedosos..
III

¡Y si al río robar sus peces quiero!!
ya que tu nombre entre las rocas cantan;
y el agua entre ellas son el violinero,
que en notas de blanca espuma, lo encantan...

Ya las flores el aire apelmazaron,
con el mismo perfume de tus senos.
¡Hay amor!! ¿cuantas horas ya pasaron,
sin poder soñar tus profundos sueños?

Es la imagen que de ti, ahora tengo,
y provocan, estos suspiros pequeños;
en el mar de lágrimas que aún contengo.

Es un batallón de hormigas sin dueños,
que laten con este corazón rengo;
cuando tomas por asalto mis sueños.

IV


En las alas de aquellas golondrinas,
te meces libremente, en fugaz vuelo.
Eres golondrina, que dulce trinas,
la armonía de mi triste desconsuelo.

Son estos versos que adornan en rimas
El vació que dejo aquel ladronzuelo;
el día que voló con las golondrinas,
dejando mi alma, triste y sin consuelo.

Ahora mi corazón sin hormigas,
duerme ocultándose en su opaco velo,
¡siendo de tú pan, solo tristes migas!!!

Soy el cielo y libertad de tú vuelo;
verano sin tus grises golondrinas.
Corazón lastimado y sin consuelo.​