Cuba

CUBA



Solitaria. Isla al fin.
Naufragando sin hundirte.
Aislada por el agua larga y profunda.
Esperanza y tumba.
Coralino crecimiento que perturba.
Volván de angustia.
Eco muerto en el camino de los aires.
Tronchada rama del mango florecido.
Tronco doblado de la palma
que no alcanzó su destino.
Dios abrió el milagro de su mano
y te vió tan hermosa con tu verde vestido,
con tu gente hirviente y dulce,
y volvió a cerrar la mano
por oculto motivo.

¡Oh, Cuba, Cuba, Cuba!
Martillo que golpeas y golpeas
las sienes dolorosas de tu pueblo,
las carnes de tus hijos,
el polvo de tus suelos,
el candor de tus niños.


¡Oh, Cuba, Cuba, Cuba!
¿Qué te han hecho, o qué hiciste?
¿Porqué, Cuba , porqué?
La promesa se rompió y nunca fuiste
mariposa del capullo,
naranja de la flor,
ni pan del trigo que creciste.

¡Solitaria Cuba!
Isla al fin.
Tan cerca y tan lejos.
¡Cuántos Herodes!
¡Cuántos Judas!
¡Cuántos Cristos!
¡Cuántas cruces!
¡Cuántos calvarios y viacrucis!
¡Cuántas vírgenes dolorosas!
¡Cuántos mártires al altar del sacrificio!

Y como eres isla, Cuba, ¿a quién le importas?
sino sólo a tus hijos.
Y llegan desde afuera los extraños,
aquellos con los cascos y arcabuces,
en carabelas que vuelan como buitres
y corrompen tus niñas y tus niños
y hacen trueque con cuentas de colores
como hacían antaño con tus indios:
el hambre canjeada por el vicio.

¡Oh, Cuba, Cuba, Cuba!
La que fuiste y ya no existe.
Eres un grito aplastado,
una verdad oculta,
un llanto sofocado,
la realidad que asusta,
la complicidad del mundo,
la conspiración injusta.
Y, como eres isla, Cuba,
sola en el mar, aislada, vulnerable,
desolada y absurda,
naufragando sin hundirte;
tendrán los ángeles de fuego,
las deidades ocultas,
las fuerzas supremas de los cielos,
que defender los entornos de tus mares
y rescatar el orgullo de tus hijos.

¡Oh, Cuba, Cuba, Cuba!
Isla que lloras hacia adentro.
Santo Sepulcro que está a punto
de
abrirse.