CUBA.

Cuba: Patria adorada, que vieron mis ojos cuando nací, mis ojos lloran por ti y porque no pueden verte,
Porque por alzar la frente con dignidad y decoro, me desterraron los ojos los buitres de mi país.


Hoy ya no puedo mirar tus campos: campos hermosos... con tus árboles frondosos, tus lagunas y tus ríos,
Del sinsonte su cantío, y del guajiro amoroso su paso tan silencioso a la hora de ordeñar,
Ni su canto matinal cuando labraba la tierra con sus bueyes por delante
Al son de una leve bríza, que era como una sonríza acariciando el camino
De tus largos largos tríllos, tan largos como palmeras, que representan la gracia del alza el pecho viril
Y no se arrodilla víl ante la bota asesina que te viola patria mía de San Antonio a Maisí
Burlándose de Marti de Maceo y Agramonte, porque te ha talado el monte para no dejar subir
A defender tu vergüenza los varones del país comiéndose de raíz a tus hijos mas rebeldes
con encierros permanentes...con destierro interminable...


Los hace morir al aire y no al calor amoroso, de tus brazos Patria mía...
Patria me llora la vida en agonía constante, porque mi alma está en ti...


Pero mis ojos aquí, que no te pueden mirar se vuelven un manantial en incesante fluir,
Llorando están tu dolencia de esclavitud inmerecida en que te sumió la víbora que te clavara en la cruz
Dándote un beso de Judas aquel primero de enero cuando se puso el sombrero: su sombrero verde olivo,
para taparse los ojos de villano y asesino sometiéndote a un castigo inhumano duro y cruel cinco décadas seguidas.

Pero espera Patria mía; espera y pronto verás el fin de la tiranía.
No dejaremos columna, ni piedra, ni pedestal cuando arranquemos el mal...
De raíz se ha de arrancar la hierba mala y podrida.


No dejaremos semilla que nos pueda germinar, y debemos recordar a esos que piden perdón:
Al asesino, al ladrón, al violador y al cobarde que nuestros muertos no son, ni serán jamás... en balde.
Que sentimos odio, si, del verdugo y asesino y del que lo ha mantenido tanto tiempo en el poder.

Sólo habrá paz y perdón -y sólo la puede haber- cuando extirpémos la peste que causo en la Patria mía
Destrucción, destierro y muerte.

Entonces si habrá perdón al que cometió un error o aquel que no fue barón para defender a Cuba.

Pero aquel que tuvo hiel y veneno en las entrañas: aquel que golpeo con saña:
Aquel que humilló y vejó: aquel que fue el que mató a los héroes de Girón:
Para aquel que asesinó a los gloriosos alzados: o aquel que atacó con saña a nuestros presos plantados:
O aquel que tiro la piedra a los niños en los brazos de la madre del Mariel:
Aquel que golpeó bestial a los que manifestaban su odio puro al tirano:
para aquel que destruyó con potentes cañoneras las balsas en medio del mar:
O aquel que arranco la vida con sus balas asesinas a los cuatro salvavidas el 24 de febrero...


Para esos no habrá perdón: ¡La Patria no dá perdón al que asesina sus hijos...!

Cuba no dará perdón a quien llenó de dolor la bandera tricolor de la estrella solitaria.



Daniel Aspillaga Lombard.

 

En efecto, amigo poeta. En poemas del alma verso como pupykuba, más en éste caso el pie de firma es de un amigo en nombre de quien tras algunas correcciones lo publiqué.
Gracias por entender nuestro suplicio externo al haber tenido que emigrar y dejar detrás nuestro lo que más queríamos y la certeza de que aquellos que dejamos detrás seguirán cargando el fardo del martirio.
Gracias, por tus amables palabras.
Te deseo una feliz noche.