Cuento - Una noche de Navidad

Camino por la calle, el frío se adentra en mis huesos, no importa, me acerco a la calle principal, sus luces se ven desde aquí brillando, la noche a mi pesar es oscura, pero eso hace que brillen más las estrellas.

Y recuerdo, cuando era joven, la libertad que no sabíamos que existía, no teníamos conciencia, siempre hacia lugares desconocidos, con la mente abierta.

Camino, perdido en estos pensamientos, no hay mucha gente en la calle, hoy es Navidad, pero no veo la alegría con quienes me cruzo, mi sonrisa, no es como era, supongo que es suficiente.

Y me cruzo con una familia, por fin, unas risas, una alegría desmedida, un vivir el instante, una mirada clara, sin miedo, un soplo de aire fresco a pesar de lo que vivimos.

Llego a un parque, con las letras en el suelo de Prohibido entrar después de las 22.00 y sigo caminando, no hay otra. Oigo unos sonidos, me detengo, son los animales de la noche, un búho quizás.

Poco a poco me adentro en el parque prohibido, no hay nadie cerca, así que continuo, buscando el sonido, cada más cercano, es un búho no hay duda. Llego muy cerca de él y calla.

Cierro los ojos y escucho, todo se olvida, ese instante de paz, de calma, vuelve ulular y yo en silencio me siento en libertad..

Es Navidad, parado, la brisa me hace estremecerme y me hace sentir más vivo.

Siento el ciclo de la vida, mi aprendizaje y la calma de la noche.

Lo necesitaba, sentirme libre, abro los ojos y sintiéndome mejor camino de vuelta, es hora de volver a casa.

Todo está preparado, mi hija me recibe, como siempre, con una sonrisa, con un amor ilimitado, con un abrazo.

Y disfruto, a pesar de todo, de esa noche mágica, donde las familias se reúnen y se regalan las mejores sonrisas y los mejores abrazos del año.

No puedo pedir más, lo que tengo, es lo que deseo, lo que intento ganarme con mi esfuerzo y la ayuda de los míos.

Feliz Navidad.