Cutis terso.

Ya, me doy por satisfecho.
He cenado. ¡ Buen provecho !
La gallina de los huevos de oro, ha venido a visitarme.
Con el suficiente decoro, ya, no podré escandalizarme.


Y es que todos estamos fundidos, en cada Momento. Puesto que cada Momento es muy extenso.


Si hay billones de billones de súper-universos,
en un espacio infinito, ¿ Cuántas civilizaciones caben en sus galaxias y en sus planetas ?
Al mismo tiempo. Esa cifra no tiene nombre.
Se sale de todos los cánones y rompe moldes. Me marearía, si la conociera.





Los Momentos se caracterizan por el Miedo, la angustia y la vergüenza.


A veces, el Amor-Bondad los adorna con pasión, Misericordia y ternura.
Como quien le hace a su hija, en el cabello, unas trenzas.
Pero es el Temor-Maldad o Demiurgo, Constructor o artífice de cada instante.
Yo los distingo, perfectamente. Hablo con ellos. Uno a uno, para no sufrir esquizofrenia paranoide.


Amor-Bondad, Creador. Temor-Maldad, su opuesto. Y en medio, el Respeto.


Universo, salsa tártara.
Universo, mostaza.
Universo...
¡ Pechos, fuera ! Dijo la mujer del cutis terso.