Dadme tus alas

Feroces, deambulantes y eternas,
mis alas tajadas alzan vuelo.
Dadme las tuyas, en razón cuerda
versión de los fresnos de tu bosque.

Alimentad mi apetito voraz,
de sangre perdida como de hombre.
Sangre que denomino sangre;
en son de paz sangro mi nombre


Vengadme en esta tu tierra,
a la que con raíces firmes me aferro.
Como el yuyo popular sin agua crezco,
por los senderos de la sierra.

Otorgadme tu bondad de mujer enamorada,
con los brazos no me alcanza.
Por eso reclamo las tuyas, tus alas…
La libertad espera. Para la patria liberada,
necesito más que mi esperanza.

 

Tienes razón para liberarnos no nos bastan las alas, quizá tampoco la sangre de los opresores, quizá el impulso de al mujer amada y las alas metálicas de la utopía de los sueños. Bienvenido al portal con este magnífico poema que es el primero tuyo que leo.