Dania

Dania (final)

...Sin detenerme, caminé con su cabeza en mis brazos,
quería devolverle un cuerpo con vida, pero todos huían,
continué mi andar por el sendero que conducía a mi casa,
me senté en el portico, acariciaba la hermosa cabellera llena de sangre de aquella mujer.
Un portazo en seco me hizo voltear a ver la entrada alguien me había seguido hasta allí...
entonces abrí una de las duelas del piso, me colé a la casa, llegué a mi habitación,
sin que me vieran, ya que sólo yo conocía el camino;
pasos apresurados subían las escaleras, lo que me temía, era ese monstruo de la mañana,
dirigiendose a mi cuarto y no iba a permitirle el paso esta vez,
puse el cerrojo bajo llave, fui al rincón aquel de miedo,
sabía que eso no detendría al demonio, ni gritar me serviría,
pero tenía un as bajo la manga, en el muro de esa esquina había hecho un espacio y lo escondía,
en él guardaba una pistola que acabaría con su vida, preparada apunté hacia la puerta,
esta se abrió de golpe, sin pensarlo disparé,
mas para mi sorpresa no era esa desgraciada sombra, sino mi compañera y apoyo de todos los días;
mi madre caía al piso, pero no tenía ningun sentimiento de culpa, ni tristeza solo la veía tumbada en el piso.
En mi vida había cometido asesinatos diversos por capricho, simplemente llenar mi vida;
primero una niña de mi edad, que suponía ser amiga mia,
la vi tan feliz en el río, que decidí dejarla por siempre alli ahogándola;
luego mi hermano, por que le gustaba chupar los cables, y era feliz el bebé,
que emoción senti al ver cómo se quemaba su cuerpo frente a mi por el cable que le puse en sus manos;
el señor de la plaza, la mujer de la cual aún tenía su cabeza en mis brazos, y finalmente mi madre...
Un deseperado grito de dolor resonó en toda la casa, mi padre había hecho aparicion,
no podía dejar que el amor de mi vida, el único hombre al que amaba viera este desorden,
por que se enojaría conmigo, y no quería eso de él;
con sufrimiento en el corazón, cambié de blanco al cañon del arma a mi boca, y jalé el gatillo...
la sangre baño la pared y mis sesos volaron, no recuerdo haberme sentido tan bien ni en aquellos asesinatos,
pero tristemente, para mi desgracia antes de caer y dar un ultimo suspiro,
vi el rostro de mi angel amado de alas negras, hablaba pero no escuchaba bien era distante,
como en un sueño al igual que sentir su abrazo, mas sin embargo lo último que le escuché fué:
Mi pequeña no tenías que herir a tantas personas...
Mis alas salieron dolorosamente por la espalda, no eran de ángel si no de demonio,
al que no dejaban de brotarle los rostros de aquellos a los que les di muerte con mis propias manos,
este va a ser mi premio por amar a las personas de manera distinta a la que ellos hubieran deseado...
Ahora lo único que hay en mi tumba además de las de flores que trae mi padre cada sábado,
es un viento frío que grita mi nombre, y finalmente mi acompañante demonio que después de tanto muestra su forma,
él clama mi nombre: ¡Dania, cuidado con lo que haces! junto a una risa estridente y macabra
si sólo hubiera sabido esto me habría matado desde un principio....

 

Idril, en esta mañana lluviosa hago un recorrido en las huellas del pasado de este foro para dejar en ellas mi respeto en un abrazo fraterno...

 

Idril, muy bueno tu escrito, me guso, es primera vez que te leo, disculpa pero no eres de veracruz de casualidad¿¿¿....Besis..