De Cisne, o algo así, de color negro...

Yo tengo las noches raras
Los días imposibles.
Las ataduras desatables que.

Los nudos imaginados a los que casi nadie
casi nadie
casi nadie
se atreve dentro de este mundo.

Tengo sed y hambre de ti.
De todo eso.
Y dejarse caer de los acantilados aunque duela.
Y tratar de no herir a la normalidad.
La rutina.
Tengo las noches de dos lunas
soles
océanos transportados por el aire.

Yo tengo pasadizos en las manecillas de Dalí.
Versos de lo seco.
Vida de lo yerto.

Sed de pintarte con versos cada palmo
cuando estés despierta, ¡así esta noche...!
Transfundirte esperanza en una cama... ¡así mañana!

Lo que no se entiende y no se quiere
pues el peso de la lógica desvive.
Lo tengo, ando con ello.
Viajando por Madrid, subviviendo Portland
ingiriendo pedazos de Santiago y de Caracas
sobreviviendo Bogotá
vomitando Manila a las cinco a eme.

Y yo tengo un cuerpo humano dentro de un espíritu extraño.
De cisne, o algo así, de color negro.
Reclama, muerde, ama.

Mi madre fue la noche en madrugada.

Diciembre y versos de lo seco, 2017. César el Loco.​

 

Shhh, solo voy a aplaudirte de pie y nada mas ¡¡ De pana que para que palabrerías. Un abrasote.

 

César, el cuerpo dentro del espíritu me hace pensar mucho. Gracias por el paseo. Saludos cordiales para ti.

 

que profundo sentir nos dejas, muy bellas imágenes de esos lugares, besos

 

Mi alto pana, gracias por venir tú el primero hasta estas letras.
Carajo... un aplauso de pie. Que un poema tan nocturno como este merezca un honor de ese tamaño de un poeta tan importante como tú... Un gran abrazo, viejo. No sé ni qué decir. Todo lo bueno para ti.

 

Estimado Sergio: estoy convencido de que nuestro espíritu es mucho más grande, en todos los sentidos, que nuestro pequeño y limitado cuerpo. Entonces ¿Por qué no iba a poder caber el cuerpo dentro del espíritu? Si unos tipos perversos revestidos de una falsa paternidad, enfermos, retorcidos nos dijeron otra cosa, no tenían razón. Más nos vale darnos cuenta. Un abrazo, mi pana.

 

Marianne, me gusta tu rostro serio así cubierto a medias por ese sombrero oscuro.

...Es que tengo los nudos a los que casi nadie se atreve, Marianne. Pero quien se atreva tal vez, solo tal vez, consiga un jardín. Gracias por tus palabras
y por tus besos.

 

Memorias que son esencia, deseos inconclusos, luchas, luchas contra las piedras que están cuando se termina el abismo. Alas cansadas pero que todavía se empeñan, vuelan.

Muchas gracias por leer mi sentimiento, Poeta. Le saludo con cariño e infinito respeto.