De Córdoba a Granada

De Córdoba a Granada hay un camino
aplazado de azules medianías,
una frontera de la vida con la muerte.

Se amontonan los blancos caseríos,
las atalayas verdes,
y los mares
que se han extraviado de su costa
para acercarse al viento en un olivo.

Lento camino, como la belleza
o la melancolía,
la hermosura andaluza hecha mirada,
el regazo del río que es mi hogar.

Se equivocó el sepulcro de momento,
de tierra incluso, y se mojó de mar,
y la bandera que se izaba al viento
dejó de contemplarse en su abundancia
empapada de sal y de ponientes.

Es el itinerario de tu vida,
es el itinerario de tu muerte,
y aún resuenan huellas en el aire
con el que has respirado
y has besado
hasta el fuego final en la ceniza,
punto y seguido de tu aliento nuevo.

 

Es el itinerario de tu vida,
es el itinerario de tu muerte,
y aún resuenan huellas en el aire
con el que has respirado
y has besado
hasta el fuego final en la ceniza,
punto y seguido de tu aliento nuevo.​

Alter, iba a hacer una broma, iba a decir que las corodobesa son tan joiamente guapas que no me extraña que enganchen de esta manera, pero esto versos son extremadamente tristes como para permitirse bromear con ellas.

Precioso...sin más.

Un besazo.

PD: No te prives, si te apetece contestar al comentario, contéstalo (esta si es un broma, probablemente fuera de lugar, pero que me dá pie para enviarte otro beso.