De la mano-.

Donde viven las palabras:

en la boca del necio.

En las bocas sedientas de los peligrosos

mendigos,

en un lecho de río de algas inmóviles,

donde todo muda atropelladamente.

Donde habitan los suicidas de la noche

anterior, entre brumas o bosques, como

agua quieta

en la penumbra de un aljibe.

Donde no hay ojos, y todo ese complicado

movimiento.

Y la lluvia descansa, y el mundo.

Quizás una hoguera incipiente, vuelve

del revés el frío, y tomamos las calles.

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Tus versos son una invitación a bucear la inmensidad de los silencios querido amigo...gracias por compartir...
Cuídate mucho y buen fin de semana!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Muy agradecido estimada compañera en letras y sin embargo, amiga, Nancy, de las primeras poetisas y poetas que se ocupó un tanto de ver mas allá de mis enrevesados versos, gracias, un abrazo!