De León a Fuerteventura

De la niebla rajada cae
la nieve al barro abierto
de la tierra seca y árida.

Como en mi cuerpo el agua
fresca de la primavera harta,
que blande y revienta
a este invierno sin fin.

Por la sangre de las venas corre
los rayos del sol encarcelado.
Veloces luces cuya meta son
otros ojos y otra mente.

Vuelo al océano enfrentado
al inmenso Sahara de uno mismo.
Fuerteventura, a ver qué me ofreces,
que no sea la garra gélida y atada
de este León abatido.

 

Siempre son hermosos los viajes
si admiramos el paisaje desde los ojos del alma
y la suya, su alma,desprende mucha luz.Genial.
Feliz vuelo y Feliz año, Señor Évano,
un abrazo compañero

 

un total agrado por tus letras Évano, buen poema el tercer párrafo bueno y el cuarto mejor... de antología son esas cinco líneas, saludos y reputación.

 

Muy lindo, con hermosas imágenes naturales.
Gustazo de leerte Évano. Abrazos fuertes.

 

Quizás tan secas como la tierra que pisamos, pero de una inmensa intensidad: como Castilla, amigo. Sólo eso, muy bueno.
Un saludo de Samuel.

 

Estimado Évano espero que recargues pilas ahí, que el sol te acompañe y puedas disfrutar de unos días de verano en pleno invierno amigo, que siempre se agradecen. Me gustó su poema. Saludos.

 

Buenas cosas , seguro que si! Abrazos grandes Sr Evano!

 

Y estos días notarás más el contraste.
Precioso, yo te entiendo bien.