De mi poemario muros: ¡no llames!

No hay nada que decir.
Nada que compartir tenemos.
¿Por qué golpeas a mi puerta?
No llames. No abriré.
No hay senderos
para transitar contigo.
Yo no te importo,
tú me decepcionas.
No estabas si te necesité.
De mi piel,
todas tus fotografías
caricias y recuerdos
arranqué.
Que hiele el cierzo
tu mirada, tus huesos,
tu sangre y tu hiel.
Sonrío. De ti me liberé.
No hay razón para que sigas
bajo mi dintel.
No vuelvas. Ya te solté.
No hay atajos
para arribar a mis islas,
no tendrás acceso
a mis hojas de ruta.
Un río sin puente
y sin barca,
un abismo sin senda
ni caminos,
un territorio inexplorable,
una cordillera encumbrada,
un muro de kilómetros
insondable,
hay entre tú y yo.
Ahora estoy en pleno vuelo.
Por mucho que lo pretendas,
no tendrás suficiente cadena
para encadenarme.
No llames a mi puerta.
Planeando voy por el cielo,
rumbo hacia una estrella.

 

Muy bueno tu poema, es excelente.
Un placer leerte.
Saludos y estrellas.

 

Un poema genial, en el que expresas, como te sientes, como actuar cuando se tiene claro que ya no quieres saber nada más de él. Muy bien relatado.
Un saludo amiga.

 

Gran poema. Hay, de verdad, según tus palabras, un muro de fuego entre tú y la otra persona, aunque se atraigan como los imanes. Un saludo de Samuel,

 

Bonita forma de expresarlo. Gracias!

 

Gracias. Son un bonito halago tus palabras.