De un mundo

Vanguardia de espejos,
que intentan explicar los sesgos,
de una humanidad retorcida,
perplejos y asqueados
de tanta realidad reflejada,

recomponiendo el esqueleto,
de un afortunado animal,
o de un ser astral,
o de un virus caído de los cielos,

cráneo de creyente,
los desvelos se desnudan en sus cuencas,
de sabia lluvia, de viuda alegría,

las venganzas carcomen el inconsciente,
así como la negrura del futuro,
oscurece a un presente agobiado,

la luz de un alba encarcelado,
en las alturas de su autoestima,
de su dios infinito y perfecto,

la sombra de aquel ideal
eclipsa a las mañanas venideras,

el tumulto de almas es colosal,

de seres que serán ceniza,
ahora arden como arde el sol,

de lunas se visten las arañas,
y las hormigas nunca saldrán de su hormiguero,

las dunas serán planeta,
los ríos ahora secos serán sofoco,
los tenues fulgores
quemarán como infiernos,
ahora que el sol es libre,
y la gravedad, recuerdo,

el frío de su oscuro pesar
es la emoción, superflua,
de un mundo que ha de morir.