De una mierda y su verdaDera historia...Capítulo IV

DE UNA MIERDA Y SU VERDADERA HISTORIA QUE, POR UN QUERER, HABÍA QUE DEVOLVER​

CAPITULO IV​

Don Eleuterio era un hombre pulcro, escrupulosamente ordenado y metódico, calculador e incapaz de sentir la más mínima compasión por nadie, salvo aquel día, al ver cómo Ildefonso caía de bruces enclastándose la cara contra las baldosas de piedra. Se quedó de pie, contemplando el cuerpo inmóvil del muchacho, y oyendo su respiración entrecortada. Luego se dió media vuelta, apagó su pipa cuidadosamente, se sirvió una copita de vino y saboreó el trago tanto como aquel momento. Mientras Ildefonso roncaba allí tendido, se dedicó a preparar otro de sus remedios. Iba de un lado para otro, escogiendo en sus estantes y vitrinas, los ingredientes necesarios para confeccionar el brebaje.
Resultaba curioso a más no poder que, con lo sucio que era este hombre por dentro, fuera tan limpio y aseado, lo mismo que su botica, impecable, todo en su lugar, ni una mota de polvo, ese olor a alcohol desinfectante que invadía la tienda…y…en silencio…sus refinadas manos trabajaban y su podrida mente maquinaba. Mientras machacaba en el mortero unas hojas secas, disfrutaba imaginando a Ildefonso cagando por la pata abajo, una vez que hubiera tomado la medicina que estaba preparando, aparte del placer que le producía pensar de qué modo maquinaría esta vez el "corre-ve-y-díle" por todo el pueblo para desenmascarar el mariconeo del señorito Ildefonso. Se podía decir que en aquellos momentos era el hombre más feliz del mundo, tan sólo podía perturbarle una cosa: que alguien entrara en la botica justo en aquel instante. Y…efectivamente, sonó la campanilla de la puerta. El boticario frunció el ceño, y siguió trabajando. Sonó de nuevo, y, acto seguido, alguien aporreaba el cristal de la entrada. Levantó la mirada y desde allí pudo ver a una mujer, llamándole:
-¡Don Eleuterio!,¿está usté ahí?
-Estúpida mujer-murmuró, entre dientes, reconociéndola. Era la Frasca, la mujer del carnicero. El cartelito que decía “Cerrado”, colgado en la puerta, de poco servía, pues la buena señora no sabía leer.
-¡Don Eleuterio! Abra, sé que está usté ahí, es urgente!-instó la Frasca, aporreando el cristal con su rechoncha mano. Finalmente, el boticario le abrió la puerta, a regañadientes. Tal era su enfado, que deseó ardientemente ponerle a la mujer una lavativa para vacas, hacerle un torniquete en la papada hasta amoratarla y meterle una sonda por la boca hasta el ano, en su opinión, se lo tenía merecido, por molestar a esas horas y romper su tranquilidad.
Pero como era un hombre educado y correcto, atendió a la mujer, sin perder la compostura.
-¿Qué te trae por aquí con tal desespero y premura, Frasca? ¿Acaso no ves que ya está cerrada la botica?
-¡Ay, don Eleuterio, perdóneme usté,! Pero es que ya fui a casa ´el doctó y nadie me abrió, me dijo el vecino que salió pá atender un parto en otro pueblo, y sabe Dios a qué hora volverá…
-¿Y a qué se debe tan supitaño modo de llamar y que tanto te urge, mujer?
-Tiene usté que venir a casa! Se trata de mi marido, está muy mal.
-¡Y para qué había de ir a tu casa? Díme lo que le duele a tu marido, yo le preparo la medicina correspondiente, se la llevas, y santas pascuas…a ver:¿dónde le duele?
-En el pecho, don Eleuterio, y mucho!
-¿Le duele cuando respira?
-No, cuando se mueve…
-Caramba, qué extraño, ¿tiene tos?
-No…
-¿Tiene fatiga, quizás?
[SIZE=4]-No, tampoco…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Tiene fiebre, seguro.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Fiebre? No, no tiene…no.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Pues qué narices tiene, ya me dirás! Algo tendrá![/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Sí…un cuchillo…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Un cuchillo?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-En el pecho, “clavao”…Y bien grande, el de despiezar corderos, ahí lo tiene, clavao, y eso tié que doler, sabe usté?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¡Madre del amor hermoso! ¿Y quién se lo ha clavado?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Bartolo, el de las patatas…se pusieron los dos a beber aguardiente de bellota, ya me entiende, y venga a beber, y se enfrascaron en discusión, mi marido le llamó “destripaterrones”, se vé que al Bartolo le sentó mú mal, y a lo primero le dijo: pues ánda que tú, só paleto, matarife destripaterneros de tres al cuarto, y no sé qué más le dijo y mi marido agarró el cuchillo y…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Y el Bartolo se lo quitó de las manos y se lo clavó![/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¡No, no, mi marido le dió el cuchillo y le dijo que no había nadie que lo usara con tanta maestría como él, que destripar patatas lo hacía cualquier cateto agachao…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Y entonces para qué le dio el cuchillo?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Como estaba borracho, no sabía lo qué decía…sabe usté? [/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Y qué decía?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Decía: “Venga, cógelo, so paleto, a ver si sabes usarlo!”, y el Bartolo lo cogió y se lo endiñó entre pecho y espalda, borracho también, claro…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Y luego?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Pos luego dijo mi marido, ¡Ay! [/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Y el Bartolo?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Ahí se ha quedao, durmiendo la tajá, a ése no lo despierta ni una corná…ni se ha dao cuenta de lo que ha hecho…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Por Dios bendito, Frasca, y tu marido, ¿no se ha muerto?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Al venirme yo hacia aquí estaba vivito, eso sí, no se podía mover, ahora…pues no sé yo…lo mismo, cuando vuelva pá casa ya se ha desangrao como un ternero. [/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Y qué quieres que haga yo,? si no hay medicina que cure eso, mujer, lo que hay que hacer es sacarle el cuchillo y si no se muere, véte a la iglesia a ponerle una vela a San Demetrio y, de paso, llévate al cura que le dé la extremaución. Yo estoy muy ocupado y no puedo salir de la botica ni por asomo.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Don Eleuterio, yo no me atrevo…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Cómo que no te atreves? Frasca, por el amor de Dios, que llevas toda la vida despiezando pollos y terneras, no será tan distinto, digo yo…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¿Y si se me muere mientras le saco el cuchillo?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Pues nada, al que se muere lo entierran, ¿qué le vamos a hacer? Así es la vida, por lo menos se habrá muerto bien alegre, con la torrija, porque te voy a decir una cosa, Frasca, ésto tenía que pasar tarde o temprano, tu marido ha tenido siempre muy mal beber, ¿te acuerdas de aquella vez que se emborrachó en Nochebuena y le dió por cortarse la uñas de los pies con el cuchillo jamonero?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¡Uy, vaya si me acuerdo, don Eleuterio, lo que me reí aquel día, yo me había bebido dos copitas de cazalla ¿sabe usté? Por eso me hacía tanta gracia verlo así, hasta que se llevó cuatro dedos por delante, dos por cada pie!¿se acuerda?¡Cómo sangraba el desgraciado, más que un cochino en la matanza!.-, la mujer se echó a reír a carcajadas y añadió, secándose las lágrimas de la risa-¡Y luego…echó los cuatro dedos en el puchero, jajajaja! Pá hacer pies de cerdo a la cazuela, decía, ay, qué hombre, qué gracioso, lo que me hizo reír…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Y qué bruto, si me lo permites, no se puede ser más bestia, y más cazurro, y tú, perdona que te lo diga, tres cuartos de lo mismo, ahí, riéndote con la macabra broma! Mira, ¿sabes lo que te digo? Que andes para tu casa y me dejes en paz, que si no puedes sacarle el cuchillo y se te muere, pues que le dén por donde amargan los pepinos, y no me molestes más con tanta tontería de cuchillos clavados y demás pormenores, que tengo cosas mucho más importantes que hacer que andar a casa de un carnicero aceporrado y borracho.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Bueno, haré lo que pueda, don Eleuterio, y perdóneme que le haya molestado tanto, muchas gracias por atenderme y por darme tan sabios consejos, mañana mismo le traigo un cesto con dos conejos y una gallina…[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Mujer, no tienes por qué…pero te lo agradeceré, ¿y… si en vez de una gallina, me pones un cochino lechal?[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-Eso está hecho, qué bueno es, don Eleuterio, hala, buenas tardes tenga usted.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-¡Ggggg…!-carraspeó el boticario en voz baja y, aún con la falsa sonrisita en la boca, saludó a la Frasca, que se alejó por la acera.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]-“Qué mujer tan pesada”- se dijo, y cerró de nuevo la puerta, corriendo la cortinilla para que nadie más volviera a llamar. [/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]Con las voces, Ildefonso se despertó, e intentó levantarse del suelo. Aturdido, miró a su alrededor, tratando de averiguar dónde se hallaba, qué hacía en el suelo y por qué le dolía tanto la cabeza y un lado de la cara.[/SIZE]
[FONT=Bell MT][SIZE=4]Entonces apareció el boticario con algo entre las manos.[/SIZE]

[B][I][FONT=Bell MT][SIZE=4]Continuará…[/SIZE][/FONT][/I][FONT=Bell MT][/font][/B][FONT=Bell MT][/font][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

jjajaajaja me voy a leer el 3...aún tratan de curarle las hemorroides a Ildenfonso.
Vaya Boticario, que buenos consejos le dió a Frasca...
Me gustó como contó frasca el problema de su marido.
besos Estrella, eres muy divertida !!

 

Este don Eleuterio...es un ser despreciable, no sé cómo se me ocurrió crear este personaje tan rastrero, jeje. le he cogido tanta manía...que podría despellejarlo en un par de párrafos, pero he de centrarme en el pobre Ildefonso, y acabar con su sufrimiento.:::banana:::Jajajajaja:::banana:::Besotes Marcela.

 

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La madrugada del boticario ha sido intensa, y tu relato sigue alzando el vuelo. Es realmente ameno, cosa que no sorprende. Saludos cordiales para ti Estrella.[/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]

 

¡Jodó! ¡Con algo entre las manos! ¿Qué llevará el boticario?

Sigue siendo ameno...
Xosé.

 

El diálogo con la Frasca es antológico por cuanto describe imágenes verdaderamente truculentas que encajan con mucha gracia con el tono costumbrista que tiene el relato (ese tremendismo hace recordar a Cela, por ejemplo).

 

Tú no te imaginas lo que me llegué a reír yo sola mientras escribía este capítulo...en realidad es un capítulo que no tiene mucho que ver con la historia en sí, pero me lo pasé genial escribiendo la conversación del boticario con la Frasca. ¡Por cierto! Se me acaba de ocurrir una cosa: incluir en los títulos finales qué fué de la Frasca y del carnicero.
Besazos, :::wub::::::wub:::,Estrella.