Décima

Décima

Si cada palabra elijo
para hacerla sentimiento,
no ha de ser de mi contento
aquella que me desdijo.
Sea sencillo –y prolijo–
el armazón del discurso,
pues siempre existe el recurso
de abarcar lo inaprensible
y, tallado incompresible,
fluya sin tinta su curso...

eduardocarpio
16 de mayo de 2014
​

 

Una décima autorrefenciada, como diría tu tocayo De la Barra, de sencilla, prolija (e impecable, añadiría yo) armazón.

Tu recurso ha sido hacer fluido discurso que al final lleva su curso, haciendo lo más dificil : abarcar lo inaprensible : eso justamente es poesía y eso es lo que tu haces magnificamente Eduardo.

Te felicito dándote estrellas y reputación si se me permite.

Abrazo.

 

Juan
Procuro no dejar quieta la pluma, pues estoy descubriendo que entretiene mis preocupaciones más de lo que creía, pero soy consciente de abandonar obligaciones como las de leer y comentar lo mucho y bueno que por ahí seguís haciendo que bulla. Tengo la atención demasiado ocupada en mí y no soy capaz de impedírselo y ello me impide estar y ser más explícito sobre vuestros trabajos. Siendo así, lo es, intentaré corregir la “anomalía” aunque sea con brevedad, luego veremos. Un abrazo. eduardocarpio

 

Por mi quedas excusado, Eduardo. Sé bien que no siempre tiene uno el cuerpo (y la mente) para ocuparse de todo.

Un abrazo, amigo.

 

Luis_Enrique
Haces un buen resumen de la décima coincidiendo con lo que en ella me propuse exponer. Bien dice tu avatar que a veces las palabras más inimaginables se unen, formando una especie de misterio que llamamos poesía y por lo tanto con la naturaleza propia del arcano. Te agradezco tu clara síntesis. Saludos cordiales. eduardocarpio