Décimo octavo movimiento (a Juan Rulfo, elegía con corrido refrenado para el cierre)

He venido a buscarte entre fantasmas

donde un viento ineluctable

pasa llevándose todos los tejados,

las lápidas mordientes que inventaste

para decir que no podías olvidarla.



Sabías más de las sombras que pululan

enterrándose unas a otras

en un pueblo que solo supo soñar

otra quimera, un grito de guerra

para salir de la miseria,

unos andrajos negros o tiznados

como las murmuraciones,

como las cantinas que escanciaban, no el tequila

sino las lágrimas calladas,

en tu entrecejo capaz de decir: –No más,

a las palabras.



Yo te vi cansado, llegaste sin aldabas,

sin espuelas, sin caballo,

en un traje gris y tu sonrisa era más triste

que la Susana descarnada de tu cuento.

De mi libro inédito ALTAAR DE DESCONCIERTOS

Derechos de autor protegidos por ley

 

lo subo buscando más lectores y comentarios, abrazos